La reforma del régimen morenista provocará mayor tensión diplomática con Estados Unidos y Canadá, mayor desempleo, una disminución en la calificación crediticia, mayor devaluación del peso, sanciones internacionales y la disminución de la confianza en el país, dijo Marko Cortés en su mensaje dominical.
Asimismo, el dirigente de Acción Nacional declaró que el retroceso democrático se hace evidente cuando una sola fuerza política “como lo es la 4T, amedrentando o sobornando algunos senadores, podría hacer una reforma constitucional sin la necesidad de construir, negociar y consensuar con las fuerzas políticas opositoras del país, por ello Acción Nacional dice no a la regresiva y destructiva reforma al Poder Judicial”.
Indicó que el principal logro de la reforma constitucional de 1996 fue haber arribado a un gran acuerdo con la sociedad en su conjunto, logrando que México tuviera su primera Cámara de Diputados plural sin la hegemonía del partido en el gobierno, a partir de ese momento se sabía que una reforma constitucional que no fuera apoyada en un acuerdo amplio que incluyera a la oposición, no tenía viabilidad.
Por su parte, la maestra Pía Taracena Gout, académica del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, señaló que esta semana será trascendental para el país, debido a que se consumará o precisará el tema de la reforma judicial que ha causado tanto revuelo, lo cual consideró justificado, ya que aseguró que debido a esta propuesta las tensiones en la relación bilateral entre México y Estados Unidos “crecen y lo que se rompe una vez más es la confianza, lo que da paso a algo dantesco”.
Recordó que el embajador estadounidense en México, Ken Salazar, afirmó el 4 de septiembre que ambas naciones mantienen una relación fuerte, pese a la “pausa” decretada el 22 de agosto por el Presidente López Obrador, y por ello aseguró que es preciso sanar esta relación.
La internacionalista dijo que el embajador se había llevado muy bien con López Obrador, pero después de la pausa realizada a petición del Presidente, el diplomático estadounidense se ha dedicado a concretarse a una agenda que sólo responde a los intereses económicos y políticos de su país.