Aspirante afirma que buscará procurar armonía con el Gobierno federal

“Próximo rector de la UNAM debe tener sensibilidad política”

El director de la Facultad de Derecho asegura que tiene respaldo de 17 mil 600 personas para alcanzar el máximo cargo en la universidad; apuesta por la coordinación y no la subordinación de la institución educativa

El aspirante Raúl Contreras, en entrevista con La Razón.
El aspirante Raúl Contreras, en entrevista con La Razón. Foto: Especial

Ante el “mar proceloso” que se vislumbra en el contexto nacional, quien asuma la Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) los próximos cuatro años deberá tener “sensibilidad política” y estar consciente de que tomar el timón de la institución no será para recorrer una “travesía plácida”, afirma Raúl Contreras Bustamante, director de la Facultad de Derecho y aspirante al máximo cargo en la universidad.

En su opinión, la Rectoría enfrentará tres grandes retos, de los cuales el primero será que la UNAM no se convierta en un “campo de batalla”, pero tampoco una “plataforma política” durante el proceso electoral en curso.

Asimismo, afirma que el rol de la institución será procurar una relación armónica con el Gobierno federal, que sólo signifique la coordinación, mas no la subordinación.

Para enfrentar el proceso de renovación, afirma que cuenta con el respaldo de las más de 17 mil 600 personas del ámbito del Derecho y en donde “la comunidad jurídica está contenta de saber que hay la posibilidad real de que un abogado pueda ser rector”.

Los últimos rectores han sido médicos, ¿qué cambio traería un abogado a la Rectoría? Cuando se publicó la convocatoria, llamé a una sesión del Consejo Técnico y colegios de profesores. No solamente me dijeron que me daban el apoyo, sino que era mi obligación participar. Por ser abogado y haber hecho las cosas como las hice, tengo un mandato muy claro: convertirme en un defensor firme de la autonomía universitaria. Ésta es una conquista, no una dádiva. Es algo que se ganó, que hay que cuidar, preservar y engrandecer.

¿Cómo hacerlo ante intenciones externas por reformar el método de renovación de Rectoría? La Ley Orgánica siempre está sujeta a críticas porque tiene mucho tiempo, pero los abogados sabemos que una ley entre más perdura es una ley que está más enraizada. El problema de la Universidad no es cómo se elige al rector y a los directores; por su dimensión, tiene muchos problemas y la verdadera democratización tiene que garantizar, con mucho cuidado, que quien entra a la universidad sea el que se lo ganó, el que demostró que tiene los conocimientos y los méritos sin que venga ninguna influencia, sin que venga ninguna recomendación.

En su proyecto sí propone actualizar la legislación, ¿cuáles cambios promovería?  El segundo mandato que tengo es mantener, revisar y hacer reformas para que todos los conflictos que surgen en la UNAM se resuelvan dentro y no haya necesidad de que salga la comunidad a buscar esta ayuda en los tribunales o esperar que nos ayude el gobierno.

En el tema de protección a víctimas no tenemos legislación; hay que considerar que en los CCH aún hay estudiantes que son menores de edad. También hay que legislar sobre la inteligencia artificial, que a veces se utiliza para irse por el camino corto.

La Universidad Nacional Autónoma de México es una institución de buena fe y que no puede pretender funcionar a base de medidas coercitivas; tenemos que trabajar para fortalecer la integridad académica.

De cara a las elecciones del 2024, ¿qué papel debe jugar la UNAM? Hay tres grandes retos para el póximo rector; el primero, cuidar que no se convierta en un campo de batalla durante los comicios y que tampoco se convierta en la plataforma de promoción de nadie; tiene que continuar como un centro donde se pueden conocer las ideas.

El segundo es mantener la relación armónica con el actual Gobierno, y la tercera, determinar la colaboración con el próximo gobierno; subsistimos en un 90 por ciento con el financiamiento del pueblo de México y tenemos que mantener una relación de coordinación, no de subordinación con los tres poderes constitucionales y niveles de gobierno, también en materia de seguridad, persecución de delitos. Para eso se necesita experiencia, sensibilidad política, talento y apertura.

En su proyecto propone dar más becas, ampliar videovigilancia, mejorar condiciones salariales a maestros, ¿cómo hacerlo con un presupuesto ajustado? La persona que ocupe Rectoría tendrá que tener experiencia para generar iniciativas y procurar que las autoridades hacendarias y la Cámara de Diputados aumenten el presupuesto. Tenemos que sensibilizar al Poder Ejecutivo y Legislativo de que la UNAM necesita apoyo para cumplir de mejor manera su compromiso social. En la Facultad de Derecho establecimos medidas de austeridad, racionalidad, optimizando los procesos y generando ingresos extraordinarios, ofreciendo y vendiendo cursos de actualización, con diplomados, nosotros tenemos que trabajar incluso para completar el pago de la nómina. Es importante que la Universidad no detenga su crecimiento razonado y no deje de atender las necesidades de los planteles.

¿Apostaría por crear más carreras, aumentar matrícula o expandir planteles? Cuando uno aspira a un cargo es muy fácil prometer, pero creo que la Universidad Nacional Autónoma de México puede explotar lo que aprendimos en la pandemia y abrir opciones de educación a distancia; eso nos permitiría atender más alumnos y no necesitaría presupuesto en construcción de aulas, es un nicho de oportunidad.

Abrir más sedes, desde luego que nos gustaría tener bachilleratos en zonas indígenas, pero dependerá de la capacidad de gestión y sensibilidad del Gobierno Federal de dotarnos de más recursos, porque las estadísticas apuntan a que la inversión en educación superior no está creciendo, no sólo hacia la Universidad Nacional Autónoma de México. Esto no es un gasto, sino una inversión estratégica para el país y el bienestar de las personas, porque quien no tiene educación no puede saber cómo ejercer sus demás derechos.

En carreras, es increíble que se saturen las carreras tradicionales y tenemos muchas interesantes que tienen poca demanda, creo que se ha preocupado más por crear carreras que por difundirlas y estimularlas.

En materia de género, persisten las denuncias de violencia, ¿tiene alguna propuesta distinta a lo que se ha hecho?  Tenemos que apostarle a insistir en un cambio cultural, porque nosotros no podemos cambiar una cultura machista, paternalista, con medidas coercitivas, amenazando, tenemos que insistir en la cultura de legalidad y no quedarnos sólo en la denuncia cuando los procesos no permiten que haya soluciones más rápidas.

Lo que ocurrió (con el secretario que insultó a otra académica) fue un error lamentabilísimo que expuso algo que no debe permitirse y necesitaba una respuesta inmediata: pedir su renuncia, a predicar con el ejemplo.

De ser designado, ¿cuál será el mayor reto a enfrentar? La democracia conlleva un elemento que no podemos ignorar: la incertidumbre y viene la elección más grande; el país está polarizado, estamos abatidos por la violencia, desigualdad, corrupción, impunidad que agrava el Estado de derecho, entonces de lo que se trata es ocupar el timón de la universidad, pero no pensando en que vamos a tener una travesía muy plácida en un mar calmo, sino de conducir a la universidad en este mar proceloso como se vislumbra para que salga adelante, cumpla los objetivos y siga siendo un orgullo.

Se trata de cumplir un reto: poner a los alumnos al centro, pues 80 por ciento de quienes vienen aquí son de familias de escasos recursos y entrar a la universidad es la gran oportunidad de su vida.