Crisis migratoria

Refugios de la capital urgen ayuda

Acusaron que su falta de empatía ha provocado una crisis que amenaza con extenderse

Con el fin de alcanzar “el sueño americano”, los indocumentados hacen un esfuerzo por llegar a la frontera norte a través de La Bestia, intentando abordarlo desde el Estado de México.
Con el fin de alcanzar “el sueño americano”, los indocumentados hacen un esfuerzo por llegar a la frontera norte a través de La Bestia, intentando abordarlo desde el Estado de México.Foto: Eduardo Cabrera, La Razón
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Albergues y organizaciones de la sociedad civil exigieron al Gobierno de la Ciudad de México atender el problema de la migración de manera urgente, pues acusaron que su falta de empatía ha provocado una crisis que amenaza con extenderse.

“Una de las exigencias concretas es un espacio de albergue de primera recepción con una extensión grande para ubicar a todas las personas que se encuentran en las calles”, expresó Margarita Núñez Chaim, investigadora del Programa de Asuntos Migratorias de la Universidad Iberoamericana.

Señaló que con un lugar para contener a siete mil personas, se pueden despresurizar los albergues de la sociedad civil, pues se estima qué hay por lo menos mil 500 migrantes viviendo en la calle, pero con una cifra negra.

Otro de los problemas que los organismos han detectado, es que por la cantidad de migrantes que hay en diversos puntos de la capital, comienza a generarse un fenómeno de “mendicidad y vagabundismo”.

La directora del albergue Cafemin de la alcaldía Gustavo A. Madero, Magdalena Silva, dijo que la situación de los lugares es “insostenibles”, debido que ya no pueden atender a más personas, pues “no cabe ni un alfiler”, y muchos se quedan a dormir en la calle por la falta de lugares.

“Todos estamos llenos y creo que un fenómeno nuevo es el número enorme de gente en situación de calle, por eso, exigimos al gobierno capitalino responda a la situación. La culpa no es de los migrantes, sino de las autoridades que no han sabido responder”, dijo al tiempo de advertir que, de continuar la situación, en pocos meses van a cerrar sus puertas.