A partir de ahora, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) ya cuenta con un reconocimiento formal otorgado por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), que lo acredita como una “marca famosa” y con la que podrá proteger legalmente 45 clases de productos y servicios que ofrece, lo que, además de preservar su identidad, procurará la seguridad para los consumidores.
En entrevista con La Razón, la abogada general del Politécnico, María de los Ángeles Jasso Cisneros, explicó que esta certificación únicamente se concede cuando una marca es conocida por la mayoría del público consumidor o cuando también tiene difusión a nivel global.
Expuso que, para que esto se lograra, el director general, Arturo Reyes Sandoval, ingresó la solicitud desde diciembre e inició el proceso de acreditación, que incluyó la aplicación de encuestas telefónicas en todos los estados en que esta institución tiene presencia, para demostrar los inmuebles, artículos y demás materiales bajo su nombre.
“Nos fuimos al archivo, a demostrar desde cuándo nosotros utilizamos esta marca y también todas nuestras unidades académicas se dedicaron precisamente a enviarnos información de qué monumentos hay en sus estados.
“Hay varias calles que se llaman o tienen el nombre del Politécnico y, al menos, o tenemos una calle o tenemos un monumento en cada ciudad donde tenemos presencia; entonces, con toda esta información, efectivamente, el IMPI la analizó y es que ahora en septiembre nos otorga este reconocimiento de marca famosa”, declaró.
Esto nos da mucho más impulso para que con esto de “marca famosa” evitemos el daño que se le está haciendo no nada más a la imagen, sino el engaño al consumidor que está comprando un producto que el Instituto no está avalandoMaría de los Ángeles Jasso, Abogada general del IPN
Explicó que este registro representa a todos los productos y servicios que genere el IPN y que cualquier otra persona que intente registrar, no podría hacerlo.
Comentó que, antes de esta acreditación, sus productos eran comerciados de manera ilegal, como piratería, principalmente el ajo negro, la baba de caracol y la gelatina reductiva, entre otros, que la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) catalogó como “productos engaño”.
“Antes de tener esto, solamente teníamos clases de papel y cartón, prendas de vestir, calzado y artículos de sombrerería y educación, formación, servicios de entretenimiento, actividades deportivas y culturales. El problema era que había más productos y, además, servicios que estaban llevando a cabo ventas de manera ilegal”, dijo.
Con esto, ya no habrá posibilidad de que en el mercado haya artículos etiquetados con la marca Politécnico o que se comercialicen cursos de estudio para exámenes de admisión que se le adjudiquen.
Apuntó que, derivado de esta situación, se emprendieron diversas acciones: cuatro denuncias ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), además de que se logró bajar 19 sitios de Internet apócrifos, de los 201 que se han identificado.
Sin embargo, puntualizó que, ahora que se tiene el certificado, se podrán iniciar acciones contra dichas páginas en las que se publicitaban productos engaño.
Los procedimientos también se emprendieron ante la Cofepris, para solicitar procedimientos marcarios y que han derivado en alertas sanitarias o se han emitido sanciones.
Asimismo, se procedió ante la Fiscalía General de la República (FGR), con siete denuncias en la Unidad Especializada de Investigación de Delitos contra los Derechos de la Propiedad Industrial y en la Unidad Especializada en Investigación de Delitos contra el Ambiente.
Precisó que el producto que más ha sido objeto de piratería es el Factor de Transferencia (Transferón), que sirve como coadyuvante en padecimientos como alergias, rinitis, asma, sinusitis crónica, cáncer, virus de papiloma humano e infecciones respiratorias, como Covid-19 o influenza.
Ahondó en que otras personas intentaron comercializarlo, llevándolo incluso ante medios de comunicación, pero el pasado 23 de septiembre se logró recuperar.
“Esto nos da mucho más impulso para que con esto de “marca famosa” evitemos el daño que se le está haciendo no nada más a la imagen, sino el engaño al consumidor que está comprando un producto que el Instituto no está avalando”, explicó.
El impacto también se tradujo en la economía del IPN, pues identificaron, por medio de una plataforma de comercio, que las ganancias para personas que vendieron productos pirata, como chamarras, gorras y playeras, fueron de cinco millones de dólares de julio del 2022 al mismo mes de este año.
Señaló que ahora lo más importante es que la población tenga la seguridad de que todo aquel producto del Politécnico podrá ser identificable por medio de una etiqueta que dirá “IPN Original” para los productos, y “Sello de calidad IPN” para los servicios.
“Nuestro Instituto, lo que busca con estas opciones, es proteger los aportes científicos y técnicos no solamente de los estudiantes, sino de los egresados, catedráticos, para enaltecer los valores y principios de nuestra sociedad y seguir reforzando los 87 años que nos preceden y poniendo la técnica al servicio de la patria”, dijo.