La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se declaró lista para el inicio de la temporada de incendios forestales, que aunque se tenía previsto que arrancara el 1 de marzo, reconoció que ya comenzaron los siniestros, y contempla acciones incluso anticipadas a los alertamientos de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), que es la encargada de su combate a nivel nacional.
Con más de 30 mil efectivos y cuatro mil unidades terrestres y aéreas, el Ejército considera prioridad el combate a los siniestros en el periodo más crítico del estiaje, entre marzo y mayo, debido a que son calificados como desastres naturales que afectan a la población.
En entrevista con La Razón, el coronel de artillería Elizandro Cuamea López, jefe de la Subsección de Protección Civil de la Sedena, explicó que durante todo el año brindan apoyo a los estados que requieren ayuda para el combate de incendios forestales; sin embargo, aseguró que es en marzo cuando hay una mayor preparación, ya que es la etapa más seca en el país.
“Como militares, tenemos un sentido de protección a la vida; por ello, tenemos la prioridad en esta temporada. En la parte oficial, tenemos el inicio de la fecha fuerte de sequía el 1 de marzo; sin embargo, hemos visto que ya comenzaron los siniestros. Nos identifican como militares con las armas, pero también tenemos las herramientas de trabajo para combatir incendios”, resaltó.
Indicó que el combate a los siniestros forma parte del Plan DN-III, ya que se considera un desastre natural que afecta a la población, por lo que se hace una coordinación con dependencias federales y estados para responder ante una emergencia.
Además, comentó que cuentan con un programa de disparo de nubes con yoduro de plata, para provocar lluvias y aliviar la situación de los estados, principalmente en el centro y norte del país, que es donde hay mayor sequía, el cual fue solicitado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) el año pasado.
“Nos ha solicitado el apoyo Sader para el bombardeo de las nubes. Nosotros modificamos las aeronaves, ya que no están destinadas para ese efecto, pero siempre estamos listos para apoyar en cualquier caso”, agregó.
Cuamea López sostuvo que no esperan al alertamiento de la Conafor, sino que en cuanto monitorean un incendio que puede representar un riesgo, de inmediato reaccionan para que no se extienda y ponga en riesgo a la población. Para la sofocación cuentan con batefuegos, rastrillos, palas para abrir brechas, así como aeronaves y helicópteros que ayudan a trasladar agua a las zonas de riesgo.
“Nuestra respuesta es la que nos pone un paso adelante. El agua se extrae de diferentes cauces, donde se puedan sumergir los helibaldes y hacer más rápido el traslado del líquido, con el objetivo de no perder tiempo”, expuso.
Reconoció que el pronóstico para los primeros meses del 2024 es que no haya lluvias, lo que es de alta preocupación, por el riesgo de una mayor cantidad de incendios forestales.
Resaltó que no sólo en México prestan el servicio, sino que han cruzado fronteras, ya que han ido a por lo menos 30 países a brindar ayuda, y la acción más reciente tuvo lugar en Chile, donde se generó una ola de incendios que afectó cientos de hectáreas y cobró la vida de al menos 131 personas.
Tanto la Comisión Nacional del Agua (Conagua), como el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) han pronosticado que el año puede ser igual o peor que el 2023, que rompió los récords de altas temperaturas en décadas.