Cuánto revuelo ha generado el que, como parte de una acción protocolaria, el Gobierno de México enviara al presidente de Rusia, Vladimir Putin, como lo hizo a decenas de mandatarios, una invitación a asistir a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum. Y es que resulta que ahora fueron portavoces de la Unión Europea los que expresaron “confiar” en que nuestro país arreste al mandatario ruso si acude al acto de investidura. Lo anterior, tras recordar que el país tiene obligaciones como integrante del Tribunal Penal Internacional del que forma parte desde el año 2005 “con las obligaciones legales aparejadas a ello”. Entre quienes conocen de estos asuntos, y, bueno, también entre los que dicen conocer, lo más lógico es que Putin no asista. Lo que es un hecho es que la difusión de la noticia de la invitación ha tenido un propósito que se sigue cumpliendo: generar polémica, controversia y conversación. En fin.
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