¿Por que el sismo de hoy no fue tan devastador como el de 2017?

Datos de la UNAM y del Servicio Sismológico Nacional nos ayudan a reconocer las diferencias

Al menos 50 familias fueron desalojadas tras quedar dañado la Unidad Habitación Lindavista Vallejo, ubicada en la alcaldía Gustavo A. Madero.
Al menos 50 familias fueron desalojadas tras quedar dañado la Unidad Habitación Lindavista Vallejo, ubicada en la alcaldía Gustavo A. Madero. Foto: Armando Monroy / Cuartoscuro

Muchas personas se preguntan, ¿por qué hubo más estragos entre los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017 a diferencia del de este martes? Datos de la UNAM y del Servicio Sismológico Nacional (SSN) nos ayudan a entender las grandes diferencias que existe entre estos eventos, no solo en el nivel de intensidad, sino también entre la distancia con Ciudad de México, placas tectónicas y la profundidad.

Vamos por partes. Según el SSN el movimiento telúrico de este martes fue de 7.5 de intensidad, con 5 kilómetros de profundidad y con epicentro en Crucecita, en las costas del estado de Oaxaca —a más de 700 kilómetros de CDMX—. Según sus características, se trata de un sismo interplaca entre de la placa de Cocos que subduce por debajo de la placa de Norteamérica en esta región.

De ahí que los estragos más fuertes se hayan sentido en las costas de Oaxaca, y no se haya informado de daños mayores en Ciudad de México.

Gráfico: SSN
Gráfico: SSN ı Foto: larazondemexico

Hasta el momento, se han reportado al menos cuatro muertes en Oaxaca y varios lesionados, según datos oficiales.

El sismo de hoy, no tiene comparación con las cientos de muertes y derrumbes ocurridos el 19 de septiembre de 2017, pues en ese entonces el terremoto presentó una intensidad de 7.1, tuvo una profundidad de 57 kilómetros y su epicentro fue entre los límites de Puebla y Morelos, a 120 kilómetros de CDMX. “Si bien este tipo de sismo no es el más común en México, de ninguna manera es extraordinario”, refiere el reporte de la universidad.

El sismo del 7 de septiembre de 2017 tuvo una magnitud 8.2, con 58 kilómetros de profundidad, con epicentro en Chiapas, —a más de mil kilómetros de CDMX— y fue de intraplaca con mecanismo normal, el cual ocurrió al interior de la placa de Cocos, refiere el SSN.

Aún no existe un análisis sobre el movimiento del suelo que ocurrió con el sismo de este martes, pero se sabe que “los movimientos del suelo debidos al sismo de magnitud 7.1 (de 2017) fueron muy violentos y, de cierto modo, comparables a los de 1985 a pesar de haber sido provocados por una ruptura (falla geológica) mucho más pequeña que, sin embargo, ocurrió mucho más cerca de la ciudad”, según la UNAM.

La UNAM agrega en su análisis que los edificios que colapsaron en 2017, pudieron haber tenido deficiencias en el cumplimiento del Reglamento de Construcción, pero también hubo zonas de suelo suave, como la Roma-Condesa, o edificios de entre siete y 10 niveles, que fueron los más vulnerables en su estructura por la correlación entre el tipo de suelo, periodo de resonancia, periodos de oscilación y la aceleración.

El SSN agrega que la ocurrencia de temblores en el estado de Oaxaca es frecuente, pero hasta la fecha no se cuenta con técnicas científicas en ninguna parte del mundo que puedan determinar cuándo o dónde ocurrirá un sismo, tampoco se puede saber qué tan grande será o qué efectos tendrá en la población. “Estar informados acerca de estos fenómenos naturales será de gran utilidad para mitigar el riesgo sísmico en caso de un evento de magnitud considerable”, agrega la dependencia.