La comparecencia de Gerardo Fernández Noroña ante el Instituto Nacional Electoral (INE) para defenderse de las acusaciones de violencia política contra la diputada del Partido Acción Nacional (PAN), Adriana Dávila, tuvo que suspenderse ante la negativa del legislador para usar el cubrebocas en el interior del pleno.
Fernández Noroña enfrenta acusaciones por una declaración donde dijo que la legisladora del PAN, Adriana Dávila, aunque sin llamarla por su nombre, “merecía ponerle una chinga la próxima vez que abra la boca”.
Al ofrecer una conferencia de prensa en el Congreso de Tlaxcala, en octubre de 2019, Fernández Noroña dijo: “Me comentan que hay una Diputada que fue Senadora y que está involucrada en este tema y que es más bocona que la chingada, no sé si sea cierto o no, pero en Tlaxcala siguen los problemas y son elementos para ponerle una chinga la próxima vez que habrá (sic) la boca”.
El legislador fue reconvenido hasta en cinco ocasiones para que usara el cubrebocas, pero mantuvo su negativa, bajo el argumento de que “nadie le podría imponer un bozal” y porque necesitaba estar tomando agua de forma constante mientras hablaba.
Los representantes del PRD, Guadalupe Almaguer y Ángel Ávila, así como la representante del PAN, Mariana de Lachica, protestaron por su negativa a cumplir con el protocolo que fue aprobado por el propio Consejo General del INE y, según dijo el presidente Lorenzo Córdova, cuenta con el aval de la Dirección de Epidemiología de la Secretaría de Salud.
El presidente del INE solicitó un receso de cinco minutos para que quienes no estuvieran de acuerdo en permanecer en la sala junto al diputado del Partido del Trabajo (PT), Gerardo Fernández Noroña, pudieran abandonar la sala y seguir la sesión vía remota.
Todos los consejeros y los representantes de partido abandonaron la sala. Fernández Noroña dijo que agradecía que se alejaran de él porque portaba “el virus de la libertad, que es altamente contagioso”.