Un mariachi entonaba la canción “Amigo”, del cantautor brasileño Roberto Carlos, mientras los gritos de “¡es un honor estar con Obrador!” resonaban en la capital de Estados Unidos.
Desde temprano, el Presidente Andrés Manuel López Obrador recibió la visita de mexicanos en el hotel Lombardy, donde se hospeda, ubicado sobre la avenida Pennsylvania, muy cerca de la Casa Blanca.
El mandatario se asomó a la ventana de su habitación para informar que su principal objetivo durante esta gira es que se regule el tránsito de migrantes y que los mexicanos que ya están en Estados Unidos reciban el reconocimiento a sus derechos y se les brinden todas las garantías posibles.
“Lo que vamos a proponer son dos cosas: una, que se ordene el flujo migratorio para que nuestros migrantes no sufran, no se violen los derechos humanos, eso es lo primero, que sea un flujo migratorio ordenado, y lo segundo es que los que ya están aquí, y llevan años trabajando honradamente, se les reconozca su derecho, y vamos a tratar otros asuntos, pero eso es lo más importante”, dijo el mandatario.
Luego, la visita a la casa de la vicepresidenta Kamala Harris, con quien sostuvo un desayuno de trabajo.
“Felicito al pueblo estadounidense, porque cuentan con una vicepresidenta de primer orden”, dijo el mandatario mexicano, al encontrarse con Harris en la casa de la vicepresidencia.
La funcionaria se refirió al Presidente como su amigo y recordó que han pasado grandes momentos de conversación.
“Hemos pasado un tiempo hablando de la relación tan especial entre los Estados Unidos y México. Cuando estuve en la Ciudad de México, hablamos mucho sobre la cultura, observamos con él las obras de arte y hablamos sobre la relación entre nuestros dos países”, dijo la vicepresidenta estadounidense.
Se despidieron de las cámaras y se sentaron a la mesa, donde sirvieron una tarta de espinacas con hongos y queso, guacamole con arúgula y queso feta, crema de pollo y postre de frutas, café y jugo de naranja.
Vamos a proponer que se ordene el flujo migratorio para que nuestros migrantes no sufran; lo segundo es que a los que ya están aquí y llevan años trabajando honradamente, se les reconozca su derechoAndrés Manuel López Obrador, Presidente de México
Se tenía previsto que finalizará alrededor de las 11 de la mañana, pero concluyó cerca de media hora antes y López Obrador adelantó el encuentro con el presidente Joe Biden.
El canciller Marcelo Ebrard registró cada movimiento de la comitiva en su teléfono celular. Fueron 15 minutos de viaje entre la casa de Kamala Harris y la residencia oficial estadounidense.
López Obrador se trasladó a la Casa Blanca, donde fue recibido por el jefe de protocolos de la residencia oficial, quien introdujo al mandatario y su esposa, Beatriz Gutiérrez, al salón Oval, donde se tomaron la foto oficial de la visita. Antes, firmó el libro de visitantes distinguidos.
Al llegar al despacho presidencial, López Obrador saludó a Biden y procedieron a tomarse la foto. Una vez concluido el acto protocolario, las esposas de ambos, Beatriz Gutiérrez y Jill Biden, abandonaron el recinto y se dirigieron a la biblioteca del Capitolio, donde desarrollarían una agenda en materia educativa y cultural.
Durante la reunión entre los mandatarios no hubo almuerzo, debido a la hora y lo apretado de las agendas, pero sí intentos de aproximación, de romper el hielo en la relación entre ambos.
La presentación a la prensa tuvo una duración poco usual; el presidente Biden habló durante 10 minutos y luego cedió la palabra a su invitado, que tomó 30 minutos para hacer su exposición.
Sin embargo, fue interrumpido por Biden, quien estaba sorprendido porque una camarógrafa había permanecido grabando todo el discurso de López Obrador, sin mover el teléfono para nada.
“Señor presidente Biden —ya estoy por terminar— mi propuesta coincide... (BIDEN) La cámara no se ha movido”, fue lo que llamó la atención del mandatario estadounidense.
Más tarde, el Presidente mexicano se trasladó al memorial en honor del expresidente Franklin Delano Roosevelt. Luego de permanecer unos minutos en guardia de honor y colocar un arreglo floral, López Obrador rompió el protocolo y se acercó a un grupo de personas de origen mexicano, quienes acudieron con una manta en la que abogaban “por la unidad de las Américas”.
Este grupo es el mismo que ha participado desde el lunes en las manifestaciones de apoyo a López Obrador, tanto en el hotel donde se hospeda como a su salida de la Casa Blanca.
Momentos después, el Presidente mexicano se trasladó al monumento a Martin Luther King.
“Yo sueño con que la transformación para vivir mejor y que haya justicia se pueden alcanzar por medios pacíficos”, expresó, al encabezar un mitin frente a la estatua de Luther King.
Resaltó la labor de Luther King y lo equiparó con Gandhi y Mandela, porque dejó la enseñanza de que los cambios pueden venir pacíficamente.
“Y la enseñanza mayor que nos dejaron es que se puede llevar a cabo una transformación para vivir mejor, para que haya justicia, para que no haya discriminación y racismo. Sí se puede de manera pacífica, una sociedad mejor para todos. Ese es el sueño que tenemos, como él lo dijo en su momento, tengo un sueño; nosotros tenemos que seguir manteniendo ese sueño, esa utopía por nosotros y por los que vienen detrás”, resaltó.
- El dato: durante su visita a los memoriales de Franklin Delano Roosevelt y de Martin Luther King, el Presidente los recordó como mártires que lucharon por el bien de sus naciones.