En México no existe una cadena de frío que pueda soportar el transporte y almacenamiento de -70 a -80 grados que requiere la vacuna contra el COVID-19 de Pfizer, advirtió Samuel Ponce de León Rosales, coordinador de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus de la UNAM.
“Estamos hablando de una vacuna que en esencia estará limitada al primer mundo y algunas partes del primer mundo. Necesitamos transporte y almacenaje con ultra congelación, para que llegue a los sitios de aplicación”, explicó a pregunta de La Razón.
Durante la conferencia de la UNAM “Vacunas para COVID-19 la ciencia en acción”, indicó que este producto no tiene un tiempo de vida prolongado por arriba de esa temperatura, lo que implica una dificultad logística de mayor grado.
“Es uno de los factores débiles de la vacuna que Pfizer está elaborando, estamos esperando la culminación de la fase tres, pero se han hecho anuncios de su eficacia muy importantes”, manifestó el especialista de la UNAM.
“Digamos que no es buena noticia para nuestro país que esto requiera la vacuna de Pfizer”, agregó Ponce de León Rosales. Por ello el país debe invertir en su cadena de frío que “actualmente no es óptima”.
En tanto, Ponce de León Rosales consideró que la vacuna no es apta para países con economías medianas, sino para aquellas que puedan financiar sus cadenas de conservación.
Por su parte, Mauricio Rodríguez Álvarez comentó que la gran mayoría de las vacunas requieren una cadena de frío de entre ocho y dos grados, una temperatura que puede obtenerse de un refrigerador promedio.
En particular esta vacuna que se menciona requiere una temperatura de menos -70 grados, o sea, 50 grados menos todavía que lo de un congelador convencional doméstico, explicó.
Rodríguez Álvarez apuntó que esto representa un reto logístico que podría impactar las campañas de vacunación en un futuro.
ntb