Víctima de Maciel exige indagar encubrimiento tras informe de abusos

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El informe de los Legionarios de Cristo, que reconoce 175 abusos de los cuales 60 son atribuidos al padre Marcial Maciel y algunos clérigos de la congregación, entre 1941 y 2019, es ridículo, porque no refleja la realidad al interior de la Iglesia, donde aún prevalece la pederastia clerical y el encubrimiento de las altas autoridades eclesiásticas y civiles, incluida la Santa Sede.

En entrevista con La Razón el exsacerdote Alberto Athié Gallo, una de las víctimas de abuso de Maciel, precisó que aún no hay justicia para las víctimas de abusos sexuales y violaciones por parte de obispos y sacerdotes en México, quienes, dijo, siempre contaron con la complicidad de sus superiores.

El dato. Llaman a la autoridad judicial a cumplir con su tarea para encontrar a los culpables y evitar que se repitan casos tan atroces como las violaciones a menores de edad.

“Ése es el mensaje del informe, que me parece ridículo —te soy sincero— porque no tiene nada que ver; eso es solamente un dato pequeño y reducido con toda la realidad de lo que significa el fenómeno Maciel y el caso de los Legionarios de Cristo, que sigue vigente todavía.

“Nada más aquí en México conocí de Maciel más de 100 (casos) y luego tuve oportunidad de encontrarme directamente con cerca de 40 (víctimas) cuando vino monseñor (Charles Jude) Scicluna, y no se tomó en cuenta que abusó también y hasta violó a sus propios hijos; no lo dicen”, sostuvo el también activista.

Asimismo, detalló que de acuerdo con un informe del propio Vaticano, se admiten tres mil casos de pederastia clerical en el mundo, de los cuales, 60 por ciento era por “efebofilia”, que significa hacer del adolescente una persona afectiva dependiente, psicológica y sexualmente sometida.

Athié Gallo destacó que en el informe de los Legionarios, dado a conocer el sábado pasado, no se aborda tampoco la protección y el encubrimiento que se le dio a las atrocidades de Maciel, quien primero fue víctima de abuso, luego victimario y después buscó tener cómplices, indicó. “Para analizar a fondo la problemática de la pederastia clerical, hay que llegar a analizar no sólo los casos de los depredadores, porque algunos de ellos, la mayoría, abusaron de muchos niños y niñas porque estaban siendo protegidos; no es porque eran unos desbocados y descarados”, también sostuvo.

Asimismo, comentó que los casos de abuso sexual a menores eran perfectamente conocidos, detectados y manejados internamente por los Legionarios para que no se supieran afuera, pero “todo reventó” y salieron a relucir algunos depredadores, además de Maciel, como el padre Fernando Martínez Suárez.

En la actualidad, abundó, persisten los abusos cometidos por representantes de la Iglesia, principalmente en estados con problemas de marginación y pobreza y alta población indígena, porque ahí es donde se aprovechan de la ignorancia y las costumbres de la gente que prefiere no meterse con los curas o son incrédulos para aceptar esas atrocidades.

En 2008 falleció Marcial Maciel, fundador de los Legionarios, quien fue acusado de pederastia, además de tener la paternidad de cuatro hijos con varias mujeres.

Por separado, el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, consideró que el informe sobre los abusos de los Legionarios representa un modelo nefasto de encubrimiento y silencio delictivo, que llegó tarde y deja bajo sospecha las atrocidades de personajes como Maciel.

“Creo que no se aprovecharon las circunstancias adecuadas para hablar de este tema, una fecha adecuada era en 2006, cuando el Papa Benedicto XVI le quitó la autoridad al padre Maciel sobre el instituto religioso. En ese momento nadie dijo nada. Es una historia de silencio delictivo enorme; fue un modelo nefasto de encubrimiento”, expuso.

En tanto, el nuncio apostólico en México, Franco Coppola, admitió que en los últimos 10 años fueron investigados 426 sacerdotes mexicanos por presunta pederastia y otras faltas, de los cuales 217 renunciaron. Confirmó que en breve iniciará el proceso en contra de Fernando Martínez, acusado de abuso sexual, cuando dirigió a los Legionarios en Cancún, Quintana Roo. “La Iglesia católica no solapa ni es cómplice, sino víctima, porque sus hijos e hijas más pequeños son las víctimas. Desde siempre, la Iglesia ha condenado estas prácticas como abominables y las castiga con la máxima pena: la dimisión definitiva del estado clerical”, sostuvo a Notimex.

Quien también se pronunció en el tema fue la Jefa del Gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, al aseverar que con o sin aceptación de la Iglesia, la Fiscalía General de la República (FGR) investiga los abusos sexuales por parte de algunos miembros de los Legionarios de Cristo.

“Es muy bueno que los Legionarios de Cristo aceptaran los delitos que durante años se les imputan”, estableció la mandataria capitalina.

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