AP
El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu no cederá a las presiones internacionales para que congele la construcción de asentamientos cuando se reúna con líderes de Estados Unidos y los territorios palestinos, dijo el lunes un alto asesor israelí.
Casi medio millón de israelíes viven en asentamientos construidos en Cisjordania y Jerusalén, territorios tomados por Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967. Los palestinos y la comunidad internacional creen que estas colonias son obstáculos para el proceso de paz en la región, pues están construidas en territorios que los palestinos contemplan para un eventual futuro estado.
La postura israelí podría crear conflictos en la cumbre del martes, en la que el presidente Barack Obama reunirá a Netanyahu y al presidente palestino Mahmud Abbas con la esperanza de iniciar nuevamente las negociaciones de paz.
Tanto los funcionarios israelíes como los palestinos han advertido que no esperan resoluciones importantes sobre el conflicto por la construcción de asentamientos en Cisjordania.
Abbas se ha negado a retomar las negociaciones sin el compromiso de parte de Israel para detener las construcciones en Cisjordania, un llamado que ha respaldado Estados Unidos. Los palestinos han dicho que esta cumbre no es precisamente una ronda de negociación.
El asesor de medios de comunicación de Netanyahu, Nir Hefetz, dijo que el primer ministro se mantendrá firme en su oposición al alto a estas construcciones.
"Nunca hemos escuchado decir al primer ministro que congelará los asentamientos, todo lo contrario", dijo Hefetz a la Radio Militar antes de la partida de Netanyahu el lunes.
"Él considera los asentamientos judíos en Judea y Samaria como una iniciativa sionista y ve a los colonos (...) como sus hermanos, nuestras hermanos, por lo que actúa de acuerdo a ello", dijo Hefetz, utilizando esos términos hebreos para referirse a Cisjordania.
Netanyahu ha tratado de complacer tanto al gobierno estadounidense como a sus aliados extremistas, por lo que ha ofrecido desacelerar la construcción en un periodo limitado, a un ritmo de 3.000 apartamentos en varios meses, pero se ha negado a aceptar las restricciones sobre la construcción en el este de Jerusalén, que Israel considera como parte de su capital.
vms