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La controvertida página Wikileaks, creada por el australiano Julian Assange, que en los últimos meses ha publicado miles de documentos relacionados con la guerra en Irak y Afganistán reveló ayer 250 mil mensajes del Departamento de Estado de Estados Unidos, considerada la mayor filtración de la historia.
En ellos se pone al descubierto que el Departamento de Estado pidió el año pasado a los funcionarios de 38 embajadas y misiones diplomáticas una pormenorizada relación de la información personal y de otra índole que deben obtener sobre la Organización de las Naciones Unidas, incluido su secretario general, y especialmente sobre los funcionarios y representantes vinculados con Sudán, Afganistán, Somalia, Irán y Corea del Norte.
Toda la información obtenida debe ser enviada a una oficina del Departamento de Estado que sirve de enlace con los distintos organismos de inteligencia norteamericanos y que es citada en los cables como INR/B.
“Los organismos de inteligencia dependen mucho de los informes de los funcionarios del Departamento de Estado”, señala uno de los cables.
“Y las biografías informales (de los interlocutores con información) recogidas a lo largo del mundo, enviadas por e-mail u otro medio, son vitales”, agrega.
Los documentos, que cubren un periodo de dos años, hasta febrero de 2010, recogen los movimientos entre Estados Unidos y sus aliados para hacer frente al terrorismo y al radicalismo islámico, así como detalles reveladores sobre episodios de tanta trascendencia como el boicot de China a la empresa Google o los negocios conjuntos de los mandatarios Vladimir Putin y Silvio Berlusconi en el sector del petróleo. También aportan pruebas sobre el alcance de la corrupción y las permanentes presiones que se ejercen sobre los diferentes Gobiernos, desde Brasil a Turquía, para favorecer los intereses comerciales o militares de Estados Unidos.
Los cables prueban la intensa actividad de ese país para bloquear a Irán, el enorme juego que se desarrolla en torno a China o los esfuerzos por cortejar a países de América Latina para aislar Hugo Chávez.
Además hay cables que revelan la apuesta de la diplomacia norteamericana por el derrocamiento del general panameño Manuel Antonio Noriega o el que detalla ciertos movimientos de Estados Unidos durante el golpe de Estado que destituyó a Manuel Zelaya en Honduras.
El alcance de estas revelaciones podría suponer un antes y un después en lo que se refiere a los hábitos diplomáticos y puede acabar con una era de la política exterior: los métodos tradicionales de comunicación y las prácticas empleadas para la consecución de información quedan en entredicho a partir de ahora.
La mente detrás las filtraciones: Julian Assange
Es un periodista, programador y activista de Internet australiano
Estudió física y matemáticas, fue hacker y programador antes de asumir su actual cargo como director, asesor y editor en jefe de WikiLeaks
Ganador del Premio Amnistía Internacional de los Medios Británicos en 2009, por la exposición de asesinatos extrajudiciales en Kenia.
Papeles del Departamento de Estado
Cables controvertidos
Los textos ponen al descubierto lo que EU piensa sobre mandatarios de todo el mundo
Vladimir Putin
Primer ministro ruso
El gobierno estadounidense lo juzga como un político de corte autoritario cuyo estilo personal machista.
Silvio Berlusconi
Primer ministro italiano
Se expone la desconfianza que despierta en Washington y detallan sus “fiestas salvajes”. Lo califican como portavoz de Putin.
Nicolás Sarkozy
Presidente
de Francia
Diplomáticos estadounidenses sigue los movimientos del mandatario galo que busquen obstaculizar la política exterior de su país.
Cristina Fernández
Mandataria
de Argentina
Muestra “las sospechas que despierta en EU, hasta el punto de que la Secretaría de Estado solicitó información sobre su salud mental”.
Muamar
el Gadafi
Líder libio
Lo califica de “un verdadero hipocondríaco que hace filmar sus exámenes médicos para analizarlos”.
La llaman “organización terrorista”
Ante las revelaciones del sitio web Wikileaks, integrantes del Congreso de Estados Unidos propusieron que el grupo sea designado como “organización terrorista internacional” e instaron al gobierno estadounidense a iniciar un proceso judicial.
“Las fuga del material es deplorable”, dijo el senador republicano Lindsay Graham, de Carolina del Sur, a Fox News. “La gente de WikiLeaks podría tener sangre en sus manos ... Las personas que hacen esto yacen en lo más bajo…”
Por su parte, el senador demócrata Claire McCaskill de Missouri dijo que espera que “podemos averiguar de dónde viene esto e ir tras los responsables con toda la fuerza de la ley”.
Peter King, de Nueva York, un seguidor del Sinn Fein, el brazo político del IRA, pidió a Hillary Clinton que se designe WikiLeaks una “organización terrorista extranjera” fuera de la ley en EU.
Con información de agencias