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Laurent Gbagbo, de 66 años, el presidente saliente de Costa de Marfil que se había negado a entregar el poder a pesar de haber perdido las elecciones celebradas en noviembre pasado, fue arrestado por las fuerzas francesas y las leales al presidente electo tras pasar los últimos 10 días oculto en el búnker de su residencia, defendida por cerca de mil hombres armados.
Gbago ahora se encuentra bajo custodia de las fuerzas de Naciones Unidas desplegadas en el país y Alassane Ouattara, el presidente reconocido por la comunidad internacional, ya anunció el inicio del proceso para que sea juzgado en Costa de Marfil.
La intervención francesa, que cuenta en Abiyán con mil 600 soldados, resultó decisiva: una treintena de blindados franceses se dirigió por la mañana, poco antes del asalto final, hacia la residencia de Gbagbo a fin de facilitar el camino a las tropas de Ouattara. “Gbagbo fue arrestado por las tropas de Ouattara y no por las tropas especiales francesas, que se quedaron fuera del recinto de la residencia de Gbagbo”, explicó una fuente diplomática. Horas antes helicópteros franceses y de la ONU bombardeaban con misiles las defensas antiaéreas, los cañones, los morteros y los blindados de las fuerzas de Gbagbo.
Con todo, algunos consejeros de Gbagbo establecidos en Francia aprovechaban su presencia en los medios parisinos para denunciar que el papel de Francia había sido mayor: “Las fuerzas especiales francesas fueron las que entraron, apresaron a Gbagbo y se lo entregaron a Ouattara. Ahora, a ver con qué legitimidad gobierna”, explicaba Bernard Oudin, consejero especial de Gbagbo en París.
Gbagbo fue trasladado desde su casa a una habitación del Hotel du Golf, junto a su mujer, Simon, y uno de sus hijos. El ex mandatario hizo una breve aparición en televisión para pedir a sus fuerzas que se rindan y pongan fin a los combates.
En su primera comparecencia en televisión tras la detención, Ouattara anunció que ya ordenó al ministro de Derechos Humanos que inicie un proceso judicial contra Gbagbo, su mujer y su entorno, al tiempo que subrayó que adoptará “todas las medidas” necesarias para garantizar la integridad del ex mandatario y de “todas las personas” que han sido detenidas junto a él.
El presidente marfileño aprovechó para pedir a los jóvenes milicianos que abandonen las armas porque su “lucha” ya terminó. “Los jóvenes que se han convertido en milicianos deben entender que su lucha no tiene sentido desde hoy. Les pido que dejen las armas”, afirmó el presidente.