“La paz con las FARC no puede poner en riesgo la democracia”

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Álvaro Uribe, presidente de Colombia entre 2002 y 2010, es senador por el partido Centro Democrático, asegura a La Razón que su partido seguirá trabajando en el Congreso, en el que no tiene mayoría, para modificar el texto, y en la calle, impulsando un referéndum de origen popular para que los colombianos voten sobre las cuestiones más delicadas del pacto con la guerrilla. Hoy se debate el nuevo texto en la Cámara de Representantes. Salvo imprevistos, los parlamentarios darán luz verde al segundo acuerdo de Santos con las FARC.

¿Sin consenso nacional se podrán cerrar las heridas de la violencia en Colombia? Los que votamos por el No estamos de acuerdo con la paz. Se modificaron unos puntos, pero los temas sustanciales no los quisieron modificar, temas como la impunidad, la elegibilidad política de los criminales, el narcotráfico y las víctimas. El Gobierno siempre les prometió a los colombianos una refrendación popular directa. Primero prometieron un referéndum y decidieron bajar el umbral electoral del 50 al 13 por ciento.

Después redujeron todo el acuerdo a una sola pregunta en el plebiscito. Más tarde fueron a una campaña que nos puso en total desventaja a los del No, en dinero, en publicidad, en avaladores, incluso recurrieron hasta el Santo Padre. Abogaron por el Sí y perdieron. El Gobierno ya no apela a la refrendación popular para sacar adelante el acuerdo con las FARC sino a una proposición del Congreso. Eso es una falta de respeto al pueblo y a la Ley. Están buscando un camino para que todo sea por facultades extraordinarias del presidente de la República y por una reforma constitucional exprés. Todo esto es grave.

Además, senadores de su partido han pedido unas elecciones anticipadas... Colombia no tiene ese mecanismo. Lo que nosotros vamos a proponer es seguir discutiendo en el Congreso y seguiremos abiertos al pacto nacional que el Gobierno ha negado. También vamos a proponer a los compatriotas un referéndum de origen popular que incluya unas cinco o seis preguntas de temas sensibles.

¿El uribismo ha cedido en algún punto después del plebiscito para intentar llegar a un consenso nacional? Nosotros dimos una señal de apertura sobre el asunto de la elegibilidad política. El acuerdo que se ha firmado considera que el narcotráfico es un delito conexo con el delito político. Qué le vamos a decir a las nuevas generaciones si estamos amparando una impunidad total. Colombia va por muy mal camino.

Si el Centro Democrático ganara las elecciones en 2018, ¿respetaría este acuerdo? Apoyamos todo lo necesario que sea a favor de la paz, pero rechazamos lo que le haga daño a la democracia.

¿Alentarán protestas en la calle contra este acuerdo? El país también tiene otros problemas muy graves. Se ha desacelerado mucho la economía. El Gobierno nos ha asfixiado a impuestos por el aumento del gasto público, y ahora propone más impuestos. Nosotros vamos a estar en la tarea institucional, haciendo nuestro trabajo en el Congreso y, además, en la calle proponiendo los mecanismos directos del pueblo.

¿El Gobierno podrá desarrollar todas las leyes que requiere el acuerdo de paz, antes de que acabe el mandato del presidente Santos en poco más de un año? Están tratando de hacerlo violando la Constitución. Están tratando de hacerlo a través de la reforma de la Constitución por un procedimiento excepcionalmente abreviado y mediante la incorporación a la ley por decreto de los temas que tendrían que ser desarrollados de otra manera. Para hacer eso habrían necesitado haber ganado el plebiscito.

¿Reconoce que la modificación de los acuerdos mejora la primera versión? Hubo una mejoría y así lo reconocimos, pero hay en otros temas unas diferencias que se pueden discutir en el Congreso. Son los temas de las víctimas, a las que nosotros hemos acompañado. Existe una base de datos con más de 600 secuestrados de las FARC de cuyo destino no se sabe nada. Otro tema muy grave es el tribunal que se crea a la medida de la paz, por encima de la justicia colombiana y que tendrá al país en vilo durante veinte años.

¿De verdad considera que con este acuerdo de paz el Gobierno está entregando el país al castrochavismo? El fracaso de Venezuela es un ejemplo de nuestros días que debe llamar la atención de Colombia y que los votantes del No tuvieron en cuenta en el plebiscito. Cuando la oposición de Venezuela está tratando de superar ese fracaso, a pesar de la obstinación de la dictadura, nosotros, los colombianos, no podemos permitir que la paz se confunda con abrir un camino que nos lleva a la realidad de Venezuela.

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