Despido de Tillerson deja vacantes 8 de 10 puestos clave

Luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, informara de la destitución de Rex Tillerson como secretario de Estado, dicho departamento entró en crisis al  haber solo  dos altos funcionarios en activo de diez que la conforman.

Tillerson había pasado su fin de semana en África luchando por su trabajo después de una llamada de la Casa Blanca en medio de la noche advirtiéndole que Trump estaba buscando cambiar a su personal.

Pero después de regresar a Washington a las 4 a.m. del martes, Tillerson no pensó que ninguna decisión fuera inminente. Luego vino el tweet del presidente, que decía que el director de la CIA, Mike Pompeo, sería nombrado reemplazo de Tillerson.

Tras la decisión de Trump, Tillerson elogió a sus colegas e instó al personal de alto rango a permanecer en la transición.

Aunque aseguró que permanecería en su trabajo hasta el 31 de marzo, Tillerson señaló que ya está entregando todas las responsabilidades a su segundo, John Sullivan.

Sullivan no tendrá mucha compañía en el trabajo ya que ocho de los 10 puestos principales en el Departamento de Estado están vacantes, ya sea porque el personal se fue, fue despedido o los puestos nunca se cubrieron.

Esas vacantes incluyen puestos que supervisan temas como la proliferación de las armas nucleares, los problemas de los refugiados y los esfuerzos para combatir la trata de personas.

Después de despedir a Tillerson, la Casa Blanca también despidió a Steve Goldstein, subsecretario de Estado de Tillerson para la diplomacia pública y los asuntos públicos, y anunció que la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, ocuparía el puesto en calidad de actora.

La moral en el departamento ya era baja ya que el personal se rebeló contra la reestructuración planificada de Tillerson, se opuso a las políticas de Trump y observó a colegas experimentados cambiar a trabajos más serviles, como tratar con solicitudes de la Ley de Libertad de Información.

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