Los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y varios países europeos expulsaron ayer a 114 diplomáticos rusos, varios de ellos acusados de espionaje, como respuesta al envenenamiento de un exagente doble en Gran Bretaña.
Se trata de una reacción en bloque al ataque químico contra el exagente Sergueï Skripal y su hija, ocurrido a inicios de marzo en Salisbury, Gran Bretaña, en un atentado que el gobierno británico atribuye a Rusia.
El paso más enérgico lo dio la Casa Blanca, que ordenó la expulsión de 60 diplomáticos rusos -incluyendo 12 que trabajan en la representación ante la ONU-, a los que acusó de ser “oficiales de inteligencia”.
Además el presidente Donald Trump determinó el cierre del Consulado de Rusia en la ciudad de Seattle, en el noroeste del país, a raíz de su proximidad con la base de submarinos de Kitsap y de la base de la gigante aeronáutica Boeing.
Los 12 rusos que actúan en la representación ante la ONU y otros 48 destinados en Washington y Nueva York tienen plazo de una semana para abandonar el territorio estadounidense.
Un alto funcionario explicó a la prensa en la Casa Blanca que la determinación de Trump representa la mayor expulsión de funcionarios rusos de territorio estadounidense, incluyendo medidas similares cuando aún existía la Unión Soviética.
“Un cuarto de siglo después del final de la Guerra Fría, inesperadamente nos encontramos en una segunda. Es a la vez diferente y familiar. Rusia ya no es una superpotencia, sino un país de 145 millones de personas con una economía que depende del precio del petróleo y el gas y sin una ideología política qué ofrecer al mundo”, afirmó Richard N. Haass, funcionario del Departamento de Estado de EU.
[caption id="attachment_717977" align="aligncenter" width="1068"] Gráfico: La Razón[/caption]
Aun así sigue siendo uno de los dos principales estados poseedores de armas nucleares, tiene un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU y está dispuesto a utilizar sus capacidades militares, energéticas y cibernéticas para apoyar a los amigos y debilitar a los vecinos y adversarios”, aseguró Haass.
En diciembre de 2016 el gobierno del entonces presidente Barack Obama expulsó a 35 diplomáticos rusos por la alegada injerencia de Moscú en las elecciones presidenciales en que Trump resultó vencedor. En una nota oficial, la Casa Blanca apuntó ayer que la medida fue tomada “en conjunto con nuestros aliados de la OTAN y asociados alrededor del mundo”.
En tanto, en Bulgaria el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, anunció que “de forma concertada 14 países de la Unión Europea decidieron expulsar a diplomáticos rusos”. Tusk añadió que “no se excluyen nuevas medidas adicionales, incluyendo más expulsiones, en los próximos días”.
Alemania, Francia y Polonia echaron hasta ahora cada uno a cuatro diplomáticos rusos; República Checa y Lituania a tres, al tiempo que Italia, España, Albania, Dinamarca y Holanda a dos diplomáticos.
También anunciaron desalojos los gobiernos de Rumanía, Letonia, Estonia, Finlandia, Suecia, Croacia, Macedonia, Noruega y Hungría, cada uno de los cuales expulsó un diplomático.
Canadá revocó permisos de residencia a cuatro diplomáticos rusos, y Ucrania a 13. A estos se suman a los 23 ya sacados antes por Gran Bretaña.
Moscú reaccionó enérgicamente y en un comunicado de su ministerio de Relaciones de Exteriores consideró a las expulsiones como un “gesto provocador”. “Esta decisión inamistosa no quedará sin respuesta”, advirtió.
Los 17 países que anunciaron la expulsión de diplomáticos “se dejaron llevar por Londres sin ponerse a reflexionar sobre las circunstancias de lo que ha ocurrido”, agregó.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, reiteró ante la presa que el gobierno ruso no tuvo ninguna responsabilidad en el atentado contra Skripal y su hija. “Lamentamos esta decisión que explican por el caso Skripal. Ya lo dijimos y lo repetimos: Rusia nunca tuvo y no tiene nada que ver en este caso”, declaró.
Por su parte, el embajador ruso ante Estados Unidos, Anatoli Antonov, dijo a la prensa de su país que la medida anunciada este lunes es un “golpe cuantitativo y cualitativo” y “reduce lo que quedaba de las relaciones ruso-estadounidenses”. El diplomático ruso lamentó que “Washington no entiende más que la fuerza”.
El jefe del Comité de Asuntos Exteriores de la Duma Estatal de Rusia, Leonid Slutski, tildó la expulsión de los diplomáticos rusos de “conspiración antirrusa sin precedentes”. “Es un eslabón en la cadena de provocaciones contra Rusia que simplemente está dinamitando todo el sistema del derecho internacional. La respuesta de Rusia será más que adecuada”, aseguró.
De acuerdo con las autoridades británicas, el ataque contra Skripal y su hija fue realizado con el agente neurotóxico Novichok, que, según afirmó, solamente es producido en Rusia.
La existencia de este programa fue revelada en los años 1990 por Vil Mirzayanov, un químico ruso refugiado en Estados Unidos, que asegura que los agentes tóxicos fueron creados en la década de los 80 por científicos soviéticos. Ayer, el Departamento de Estado llamó a Rusia a “aceptar responsabilidad por sus acciones”.
México condena ataque con gas nervioso
El gobierno de México condenó ayer el ataque con gas nervioso perpetrado contra el exespía Sergei y Yulia Skripal en la ciudad inglesa Salisbury, el pasado 4 de marzo.
La Secretaría de Relaciones Exteriores, detalló en un comunicado que el resultado de dicha agresión, fue que decenas de personas se vieron afectadas por la exposición a la sustancia tóxica, al grado en que algunas tuvieron que ser hospitalizadas.
El gobierno de Reino Unido atribuye dicho ataque al gobierno de Rusia. Este comunicado surge, mientras crece la tensión a nivel mundial, debido a que 21 países han expulsado a diplomáticos rusos.
La SRE destacó que el gobierno de México está preocupado por la utilización de armas químicas, en contravención de la Convención sobre las Armas Químicas y del derecho internacional, motivó por el cual el gobierno mexicano dará seguimiento puntual a las investigaciones conducentes y, en caso de comprobarse el involucramiento o intervención de algún Estado en territorio de otro, se reserva el derecho de ejercer las acciones diplomáticas.
La cancillería informó que México reitera “su convicción de que la prohibición completa y eficaz de armas químicas y su destrucción es necesario para la realización de los propósitos de la Carta de las Naciones Unidas”.
Con información de Dafne Mora