Funcionarios estadounidenses reconocen que no tienen aún un plan claro para reunir a los miles de niños separados de sus familias en la frontera desde que empezó a aplicarse una política de tolerancia cero que consiste en entregar a la justicia criminal a quien sea atrapado ingresando ilegalmente a Estados Unidos.
“Esta política es relativamente nueva”, dijo Steven Wagner, un secretario adjunto interino en el Departamento de Salud y Servicios Humanos. “Todavía estamos elaborando la tarea de reunir a los niños con sus padres después de la sentencia”.
Las autoridades dicen que los padres en busca de sus hijos pueden recurrir a una línea telefónica especial o una dirección de correo electrónico. Pero sus defensores dicen que no es sencillo.
En una corte cerca del río Bravo, el abogado Efrén Olivares y su equipo del Proyecto de Derechos Civiles de Texas se afanan para anotar los nombres, fechas de nacimiento y otros detalles de los niños suministrados por hombres y mujeres esposados que aguardan el comienzo de la sesión. Son unos 80 en la misma audiencia.
El proyecto documenta las separaciones con la esperanza de ayudarlos a encontrar a sus niños.
Tienen una hora para reunir la mayor cantidad de información posible antes del inicio de la audiencia. Una vez que los inmigrantes se declaran culpables de ingresar ilegalmente a Estados Unidos, los envían a la cárcel o a un centro de detención para inmigrantes. En ese momento, los abogados del grupo pierden contacto con los detenidos.
“Si no conseguimos esa información, no hay manera de saber que ese niño fue separado”, dijo Olivares. “Solo el gobierno sabrá que hubo una separación si no lo documentamos aquí”.
Olivares ha documentado más de 300 casos de adultos separados de un niño. La mayoría son padres, pero también hay hermanos mayores, tíos o abuelos. Algunos son analfabetos y no saben cómo se escribe el nombre del niño.
Más de 2,000 menores han sido separados de sus familias desde principios de mayo. Los niños son entregados al Departamento de Salud y Servicios Humanos a fin de mantenerlos lo más cerca posible de sus padres y reunir a la familia una vez finalice el proceso judicial, dijo Wagner.
Pero no está claro que funcione.
Según Olivares, la agencia generalmente está “muy dispuesta a ayudar” y suele encontrar a un niño aunque su nombre esté mal escrito. Pero si el niño ha sido enviado a otra parte desde un refugio del gobierno _o si ha sido deportado_, los representantes del departamento no dan información.
“A veces el padre nos da información para contactar a un pariente”, dijo Olivares. “Si el número telefónico está bien y si funciona... llamamos a ese número y a veces podemos contactar a ese pariente y preguntarle qué es lo que sabe.
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