En el limbo. Así mantiene el gobierno de Donald Trump a más de 900 familias de migrantes que fueron separadas entre abril y junio de este año, tras ingresar ilegalmente a U por la frontera sur, pese a que ayer venció el plazo para su reunificación.
La lentitud del gobierno del presidente de Estados Unidos y la deportación de algunos padres dificultan la reunión de las familias, fijada por la juez federal de California, Dana Sabraw. Dos mil 551 niños —de entre 5 y 17 años— están amparados por la orden judicial.
Los restantes 917 caen en la categoría de “casos inelegibles”, según un informe judicial del gobierno. Eso quiere decir que los lazos familiares no han podido ser confirmados o que los padres tienen antecedentes criminales, padecen una enfermedad contagiosa o no han podido ser localizados. De esa cifra, 463 ya podrían estar fuera del país, algunos voluntariamente, lo que complica enormemente cualquier posible reunificación con sus hijos.
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“Estos 917 casos, incluyendo los 463 que pueden no estar en Estados Unidos, no serán reunidos antes del plazo”, confirmó a AFP, Adam Isacson, de la ONG Oficina de Washington para Latinoamérica (WOLA). “Le tocará a la juez Sabraw decidir si aprueba esto o no”, sentenció.
[caption id="attachment_776583" align="alignnone" width="699"] Gráfico: La Razón de México[/caption]
Consultada sobre cómo el gobierno regresará niños a padres que han sido deportados, la secretaria de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen, respondió: “Si los padres nos indican que quieren ser reunificados, por supuesto que trabajaremos con ellos”. Pero hallar a esos padres en México y América Central será una tarea larga y complicada, dijo Stephen Kang, un abogado de la mayor organización de derechos humanos del país, ACLU, que había demandado al gobierno la reunificación de las familias separadas.
La administración de Trump tampoco cumplió en su totalidad con la reunificación de niños menores de cinco años, cuyo deadline era el 10 de julio. Según el Departamento de Justicia de Estados Unidos sólo se entregaron 57 menores a sus familiares, mientras que 46 quedaron bajo la custodia de Estados Unidos, por causas como el no ser sus padres, que estos ya habían sido deportados o eran juzgados por diversos delitos.
[caption id="attachment_776584" align="alignright" width="197"] Gráfico: La Razón de México[/caption]
Caos total. La entrega de mil 600 niños migrantes a sus padres transcurrieron en medio de un ambiente de caos total. En algunos casos, los menores fueron trasladados al los centros de entrega y, al no estar presentes sus padres, fueron devueltos a los albergues; en otros, los familiares tuvieron que esperar hasta por una semana en las instalaciones de los centros de migración en Texas, sin acceso a teléfono móvil o si quiera a un sanatario, para finalmente ver a sus pequeños.
“El pasado martes, dos hermanos, de 9 y 14 años, fueron trasladados abruptamente desde Nueva York para reunirse con su madre en el suroeste, pero la madre ya pudo haber sido deportada, según el abogado de los niños, Priya Konings”, reportó ayer The New York Times.
El Dato: Hasta el 16 de julio 44 mil 210 migrantes adultos estaban en custodia de las autoridades.
Decenas de padres permanecen detenidos en El Paso, Texas. Royce Murray, directora del Consejo Estadounidense de Inmigración, afirmó que los abogados atendieron a más de 150 padres detenidos en las últimas semanas. Muchos de ellos, denunció la ONG, firmaron sus órdenes de deportación por creer que de esa manera acelerarían la reunión con sus hijos.
Defensores de los inmigrantes describieron escenas similares de confusión y caos alrededor del país, donde el gobierno se afana por cumplir el plazo del jueves, cuando restan cientos de familias por reunir.
Incluso un grupo que protesta contra las leyes federales de Estados Unidos y las separaciones de familias inmigrantes bloqueó ayer los elevadores las cortes de inmigración, en Kentucky.
Violan los derechos humanos
Todos los inmigrantes, incluidos los refugiados, están protegidos por el derecho internacional, especialmente los niños.
El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ratificado por EU en 1992, establece que cuando un gobierno arresta, detiene o encarcela a una persona, debe tratarla de forma humana y respetando “la dignidad inherente de la persona humana”.
De acuerdo a la Academia Estadounidense de Pediatría, las condiciones en centros de detención estadounidenses son deplorables: “incluyen forzar a los niños a dormir en pisos de cemento, inodoros abiertos, exposición constante a la luz, alimentos y agua insuficientes, instalaciones para bañarse y temperaturas extremadamente frías”.
Según la academia, los efectos de la detención en niños y padres a menudo incluyen “ansiedad, depresión y trastorno por estrés postraumático”.
Para los más de tres mil niños que fueron separados de sus padres en la frontera, los efectos son aún más dañinos. En un artículo reciente en el New England Journal of Medicine, Fiona Danaher, pediatra, asegura que la separación puede obstaculizar el desarrollo de los niños y causar enfermedades físicas y mentales de por vida.