Lo que comenzó como un polémico caso de agresión policial en contra de manifestantes se ha convertido en una trama de encubrimientos, tráfico de influencias y hasta supuestas infidelidades. El caso Benalla, llamado así por el apellido del jefe de seguridad del Elíseo, Alexandre Benalla, metió al presidente francés, Emmanuel Macron, en la peor crisis política, desde que asumió el mandato en mayo de 2017.
“Alexandre Benalla nunca ganó 10 mil euros (unos 11 mil 600 dólares). Alexandre Benalla tampoco fue mi amante”, aclaró el pasado martes el mandatario galo. Aunque las declaraciones de Macron podrían ser consideradas sin sentido, tratándose de una querella por abuso de poder, los tentáculos de la trama Benalla han tocado, incluso, el plano personal.
“Si quieren un responsable, que vengan a buscarme. Alexandre Benalla nunca ganó 10 mil euros; Alexandre Benalla no es mi amante”
Emmanuel Macron
Presidente de Francia
La oposición francesa acusa al presidente de sobreproteger a su exescolta. La prensa reveló que el “asesor” es tan especial, que disfruta de un salario de 10 mil euros al mes y de un apartamento oficial junto al Elíseo, en una zona que pocos funcionarios podrían pagarse. Por cierto, en el mismo bloque que en su día vivió la amante del presidente Mitterrand, Anne Pingeot, y la hija de ambos, Mazarine, según reporta la agencia de noticias Sputnik. Benalla es, desde 2016, después de su familia, el funcionario con más acceso al Jefe de Estado galo.
“El responsable soy yo, sólo yo. Quien confió en Alexandre Benalla soy yo, el presidente de la República”, manifestaba Macron ante diputados y varios miembros del gobierno reunidos en París, sin presencia de la prensa, según una grabación de sus declaraciones que obtuvo AFP. Un posicionamiento que avivó las dudas acerca de la cercanía del mandatrio galo con su guardaespaldas.
“Unos días después de mi regreso, (Macron) me hizo un aparte y me dijo: ‘es un error grave, va a ser complicado y hay que asumirlo’”
Alexandre Benalla
Exjefe de seguridad de Macron
Benalla, de 26 años, atacó a dos manifestantes para disipar una protesta en una plaza parisina el 1 de mayo, portando un casco y brazalete de policía; pero el caso salió a la luz el miércoles pasado, después de que el diario Le Monde difundiera un video filmado por testigos. El Elíseo se enteró del incidente un día después de los hechos, pero no informó a la justicia de la existencia del posible delito, como lo estipula la ley.
El asesor de seguridad de Macron, que inicialmente había sido sancionado con una suspensión de 15 días sin sueldo, fue despedido e imputado por violencia en reunión y usurpación de funciones, después de que la prensa destapara el caso, casi tres meses después de los hechos.
El Dato: La oposición acusa al primer mandatario de haber ocultado el delito que se le reprocha a su protegido protector, Alexandre Benalla.
“Quien estuvo al tanto y validó la orden, la sanción de mis subordinados, soy yo y nadie más. Lo que nos condujo aquí no es la república de los fusiles, no es la república del odio”, abundó el presidente.
En entrevista con Le Monde, Benalla se presentó ayer como el “eslabón débil” del que se sirven los enemigos del presidente para atacarlo. “Hay, en primer lugar, una voluntad de atacar al presidente, eso es seguro. La gente que sacó esta información son de un nivel importante”, denunció.
Los diputados de Los Republicanos presentarán una moción de censura en contra de Macron, aunque es poco probable que lo destituyan, gracias a la considerable mayoría de la que goza el partido presidencial, LREM, en la Asamblea.
Claves del caso Benalla
Este es el núcleo de la querella judicial:
El caso Benalla se conoció la semana pasada, luego de que el diario Le Monde develara un video en el que se puede ver al guardaespaldas presidencial empujando por el cuello a una mujer y golpeando a un manifestante que ya se encontraba en el suelo.
También fueron acusados tres policías por haberle entregado a Benalla imágenes de cámaras de seguridad.
Las imágenes fueron grabadas en el marco de las protestas del 1 de mayo y en ellas es posible vislumbrar que Benalla se encuentra portando una insignia y equipado con un casco de la policía.
Alexandre Benalla y Vicent Crase fueron inculpados el domingo por el cargo de “violencia en reunión”, por uso ilegal de distintivos policiales y acceso indebido a imágenes de seguridad pública.