La tres veces candidata a la presidencia de Brasil, Marina Silva, declaró ayer que votará por el progresista Fernando Haddad, pese a que no simpatiza con sus propuestas ni con su partido, el del expresidente Luiz Inàcio Lula da Silva, con la finalidad de bloquear el avance del ultraderechista Jair Bolsonaro, quien lidera la mayoría de sondeos rumbo a la segunda vuelta.
“Daré un voto crítico y haré oposición democrática” a Haddad porque “él, por lo menos, no predica la extinción de los derechos de los indios, la discriminación de las minorías, la represión a los movimientos o la humillación aún mayor hacia mujeres, negros y pobres”, escribió Silva en un comunicado.
La política ambientalista, quien obtuvo apenas el 1 por ciento de la votación en la primera vuelta, celebrada el pasado 7 de octubre, se dirigió al millón de electores que la apoyaron para que rechacen una opción “autoritaria”, como definió al excapitán del Ejército, polémico por sus comentarios nostálgicos hacia la dictadura que gobernó Brasil en la década de 1960.
La última elección dejó a Marina Silva en un lejano octavo lugar, sin posibilidades de competir en la segunda ronda, una posición muy por debajo de lo que obtuvo en los comicios presidenciales de 2010 y 2014, cuando obtuvo cerca de 20 millones de votos, en el tercer puesto.
Las declaraciones de Silva aparecen después de que su partido, Red de Sostenibilidad, se declarara neutral.
“Recomiendo no votar por Bolsonaro, por el peligro que su campaña pregona contra la democracia, el medioambiente, los derechos civiles y el respeto a la diversidad”
Marina Silva
Excandidata presidencial
La excandidata sustentó su “voto crítico” por Fernando Haddad, entre otros motivos, por “su consciencia cristiana” y su discurso en pro de la “democracia y los derechos sociales”.
En cuanto al calificativo de “crítico”, Silva explicó que, a su juicio, al Partido de los Trabajadores le ha faltado autocrítica al no “asumir los graves daños causados por la práctica de una política depredadora, sustentada por la falta de ética y por la corrupción” que destapó la Operación Lava Jato, la trama que puso al expresidente Lula en la cárcel.
“Sé que, con apenas un 1 por ciento de votos en la primera vuelta, la importancia de manifestación, en una lógica electoral estricta, es puramente simbólica, pero es mi deber ético y política hacerla”, sentenció.
En torno a su candidatura, Fernando Haddad, el último en registrar su candidatura luego de que el PT buscara todos los recursos para que las autoridades electorales aceptaran la postulación de Lula, consiguió reunir el apoyo de buena parte de los partidos de izquierda brasileños; sin embargo no pudo formar un “frente democrático” suprapartidario, como el quería para hacer frente a Bolsonaro, a quien considera “una amenaza” para la democracia brasileña.
El Dato: Intelectuales de Europa y América rechazan al político de ultraderecha, posible ganador de los comicios, a quien ven como una amenaza para la democracia.
Los pasos que dio Marina Silva secundan a la decisión del tercero más votado en la primera vuelta, el abanderado del Partido Democrático Laborista (PD), Ciro Gomes; su apoyo a Haddad quedó manifiesto desde el pasado 11 de octubre, también, pese a las diferencias, con el fin de frenar “las fuerzas atrasadas de Brasil”, en referencia al ultraderechista.
“La Ejecutiva Nacional del PDT declara su apoyo crítico a la candidatura de Fernando Haddad para evitar la victoria de las fuerzas más reaccionarias y atrasadas de Brasil y el derrocamiento de la democracia”, señaló el partidario tras una asamblea interna.
Califica a campesinos como “terroristas”
El candidato ultraderechista a la presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro, dijoo que las acciones del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) y del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) de ocupar propiedades deben ser tipificadas como “terrorismo”.
“Los bandidos del MST, bandidos del MTST, sus acciones serán tipificadas como terrorismo, ustedes no llevarán más el terror al campo”, dijo Bolsonaro.
“O ustedes se encuadran y se someten a las leyes o van a hacer compañía al borracho allá en Curitiba”, agregó en referencia al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien se encuentra recluido en prisión en esta ciudad.
El pasado mayo, cuando Bolsonaro era precandidato a la presidencia, ya había advertido la medida. “Tenemos que tipificar como terroristas las acciones de esos marginales (del MST y del MTST)”, dijo.
También señaló que había que ser “radical” con el asunto. “La propiedad privada, es privada. Es sagrado y punto final”.
Bolsonaro y el progresista Fernando Haddad se enfrentarán en una segunda vuelta el venidero 28 de octubre para definir quién será el próximo presidente.
Según una encuesta divulgada la semana pasada por Ibope, Bolsonaro conseguiría la victoria con un 59 por ciento de los votos frente a 41 por ciento que lograría Haddad.