El hallazgo reciente de un cementerio inca de más de 500 años de antigüedad -con restos humanos en fardos funerarios tejidos con paja acompañados de vasijas y otros objetos decorativos- ofrece valiosos datos sobre la identidad y cultura ancestrales, destacaron arqueólogos bolivianos.
Más de cien restos humanos y más de 30 vasijas, con las que se realizaban ritos comunes a los muertos, forman parte del descubrimiento en una cantera explotada por una compañía minera cerca de La Paz, explicó el arqueólogo Jedu Sagárnaga, profesor de la Universidad Mayor de San Andrés, que dirigió la investigación.
Indicó que dentro de la tumba común ningún cuerpo estaba intacto, ya que se habían desintegrado, pero acotó que sí se encontraron restos.
Entre ellos se hallaron cráneos alargados, producto de la deformación artificial, una práctica común entre los incas para diferenciar el rango social de los individuos, agregó el experto.
El cementerio pertenece a la cultura Pacajes, cuyo pueblo fue ocupado por los incas, explicó Sagárnaga. “Las vasijas están enteras y son incas”, afirmó.
Por su parte, el arqueólogo Julio Condori, director del Centro de investigaciones arqueológicas y antropológicas de Tiwanacu, calificó el hallazgo de “importante para el país”, pues “muestra que no solo hubo una influencia de los incas, sino de otros pueblos”. Precisó que muestra “cómo se ha ido desprendiendo la cultura de Tiwanacu en otros pueblos como los Pacajes, que después recibieron la influencia de los incas”.
Para Roberto Lleras, profesor de la Universidad Externado de Colombia, el descubrimiento trata de un periodo durante el cual “se configuraron muchos de los patrones culturales que aún hoy marcan profundamente las costumbres de las etnias de la actual Bolivia”.
“A pesar de que han sido sujeto de algunas investigaciones, no se los conoce en profundidad, así que los nuevos hallazgos van ayudar a llenar los vacíos de esa época”, agregó.
En la tumba, los arqueólogos hallaron más de 150 objetos decorativos de bronce, muchos de ellos adornos para el cabello de las mujeres, collares, pulseras y dos diademas en forma de herradura, que era un objeto ornamental usado por los nobles en la frente. También se encontraron alfileres grandes que utilizaban las mujeres en sus entierros.
“Estos eran objetos personales favoritos de los difuntos. En cambio, las vasijas eran más de la comunidad”, señaló Sagárnaga.
Según el experto, es la primera vez en Bolivia que se descubre un cementerio excavado en una roca caliza.
El cementerio fue encontrado hace tres meses por una empresa minera en un sitio a tres metros bajo tierra excavado en la roca blanda, cerca de la pequeña ciudad de Viacha, en el altiplano y a 20 kilómetros de La Paz.
Los arqueólogos hicieron pública la primera investigación esta semana. Sagárnaga afirmó que el sitio fue saqueado antes.
Un aspecto interesante del descubrimiento es que se trata de una tumba común donde se encontraron restos de mujeres y hombres de distintos estratos sociales, explicó el experto.
Los restos fueron recuperados y trasladados a un centro arqueológico para su clasificación y estudio. Posteriormente regresarán a Viacha y serán colocados en un museo.
fgr