El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que la mayoría de empleados del gobierno que no reciben pago por el cierre de la administración son demócratas, por lo que el partido que se opone a entregarle los 5.7 mil millones de dólares para financiar el muro con México debería ser el primero en querer terminar con el apagón porque le afecta a sus afiliados, principalmente.
En este contexto, el magnate dio a entender que está marcando una suerte de carrera de resistencia, pues el hecho de que los trabajadores demócratas en el gobierno sean mayoría entre los más afectados, le permite estar muy confiado en que terminarán por ceder a su proyecto de seguridad fronteriza.
Un estudio de 2010 descubrió que alrededor de 40 por ciento de los empleados federales sindicalizados se identificaban como demócratas, en comparación con 27 por ciento que se identificaba con el Partido Republicano, la formación política del presidente Trump.
De los que no eran miembros de un sindicato, 33 por ciento eran republicanos y 29 por ciento demócratas.
Sin embargo, esta medición permite una lectura general de los cerca de 800 mil trabajadores del gobierno estadounidense. En el contexto actual, el cierre no es total, afecta en particular a los departamentos del Tesoro, Justicia, Agricultura y Seguridad Nacional.
De acuerdo con un análisis realizado por The Washington Post, basado en las donaciones que los empleados del gobierno hicieron a los principales partidos políticos de Estados Unidos en campañas federales, la mayoría de las contribuciones desde los colaboradores de los departamentos referidos llegaron al Partido Demócrata, por lo que se puede inferir que más de la mitad de la plantilla laboral en estas áreas tiene simpatía por la fuerza opositora a Trump.
En el Departamento del Tesoro, señala el estudio, 82 por ciento de las contribuciones monetarias se dirigieron a la causa demócrata, en los procesos electorales de este año; 79 por ciento en el Departamento de Justicia, 72 por ciento en Agricultura y 60 por ciento en Seguridad Nacional.
Las cifras de contribuciones rebasan por mucho a las que se destinaron al Partido Republicano del presidente Trump, que se reparte el resto del porcentaje registrado con otras organizaciones políticas.
PRÓXIMO CONGRESO SE ESTRENARÁ CON GOBIERNO CERRADO. Los líderes republicanos perdieron ayer la esperanza de reabrir el gobierno antes del año nuevo, dejando el muro fronterizo en manos de los demócratas de la próxima Cámara de Representantes, que está a punto de rendir protesta.
Los republicanos del Senado informaron a los legisladores que no habría votación para detener el cierre del presidente y que no habría alivio para los 800 mil trabajadores federales sin permiso o trabajando sin remuneración.
Los demócratas de la Cámara de Representantes están sopesando tres enfoques para lograr que los fondos fluyan, ninguno de los cuales incluiría dinero para el muro propuesto por el presidente Trump a lo largo de la frontera con México.
Cualquiera que sea el camino que elijan, los líderes del partido dijeron que votarían con prontitud el 3 de enero, con la esperanza de proyectar la imagen de los demócratas como una mano firme en Washington y de aumentar la presión sobre Trump y los republicanos que controlan el Senado para que pongan fin al enfrentamiento.
“Si el cierre de Trump no se resuelve el 3 de enero, entonces la Cámara liderada por los demócratas establecerá la legislación para reabrir al gobierno y trabajar para el pueblo estadounidense”, dijo la representante Steny Hoyer de Maryland, líder de la mayoría entrante.
“El presidente no ha sido un socio negociador confiable y sus posiciones cambian diariamente con su estado de ánimo, pero el compromiso de los demócratas de mantener al gobierno abierto y operando en nombre del público permanece sin cambios”.