Con toda seguridad y sin contemplar que en Washington aún libra una batalla con los demócratas por la liberación de los 5.7 mil millones de dólares que demanda para levantar un muro fronterizo, el presidente de EU, Donald Trump aseguró que su principal proyecto de campaña ya comenzó, como una “hermosa” valla que se erige desde El Paso, Texas, una de las ciudades clave en el flujo migratorio con México y que, asegura, fue gracias a la construcción de barreras metálicas que la violencia e inseguridad en esa ciudad disminuyeron de manera determinante.
En un anunciado mitin, que supuso el arranque oficial de su campaña por la reelección en 2020, el presidente pidió el apoyo de su base para presionar a los que le niegan los recursos para eirigir lo que concibe como la panacea que acabará con todos los crímenes y criminales que ingresan por el sur a terrotorio estadounidense para llevar violencia, drogas e inseguridad.
Pese al rechazo de un grupo de ciudadanos texanos que se congregó en la frontera para repudiar su presencia y renegar que El Paso se convierte en un icono del muro, Trump recicló el lema que usó en el discurso sobre el Estado de la Unión: “los muros salvan vidas”.
“La inmigración ilegal daña a todos los Estados Unidos, incluidos millones de inmigrantes legales, al reducir los salarios, agotar los recursos públicos y reclamar innumerables vidas inocentes”, dijo.
Además insistió en su argumento de que los asesinatos en aumento del otro lado de la frontera son una señal de que su propuesta de seguridad fronteriza puede sonar simple, pero es “necesaria”.
Mientras, en la capital estadounidense, legisladores clave anunciaron que habían llegado a un acuerdo tentativo sobre el financiamiento de la barrera fronteriza que, de ser firmado por Trump, evitaría el cierre de otro gobierno, que comenzaría este 15 de febrero.
Los funcionarios de la Casa Blanca no tuvieron comentarios inmediatos sobre el acuerdo preliminar, que no cumpliría con las demandas de financiamiento de Trump para construir más de 300 kilómetros de muro a lo largo de la frontera entre México.
Fuentes del Congreso de EU externaron que los negociadores de ambos partidos tenían la esperanza de que Trump firmaría el acuerdo, anque no cuentan con garantías por parte del gobierno.
CALIFORNIA DESAFÍA A LA CASA BLANCA. Los 400 efectivos de la Guardia Nacional que envió el presidente Trump a la frontera de California no serán más vigilantes antiinmigrantes, según lo dispuesto por el gobernador del estado, Gavin Newsom, quien planea el retiro de estos soldados para asignarles otros deberes, como apoyo a la agencia contra incendios forestales y operaciones de inteligencia para combatir el narcotráfico.
A pesar de que Trump cuenta con facultades para disponer de los elementos militares a lo largo de la frontera, son los gobiernos estatales los encargados de controlarlos, por lo que no hay ninguna anomalía administrativa; sin embargo, desde el punto de vista político, se trata de un claro desafío a la misión antiinmigrante del republicano, en medio de una pugna por la construcción de un muro y las detenciones y separaciones de familias que intentan ingresar al territorio estadounidense, justificadas a partir de un protocolo de seguridad nacional.
De acuerdo con la orden, difundida por Los Angeles Times y The New York Times, de los 400 militares sacados de la frontera, 110 serán redirigiros para apoyar a la agencia central de bomberos, Cal Fire; otros 100 trabajarán en “operaciones de inteligencia” contra bandas delincuenciales, y 150 para ampliar la Fuerza de Tareas Antidrogas; los 40 restantes se distribuirían en otras tareas de seguridad.
La Guardia Nacional ha tenido una presencia ampliada en California desde abril, cuando el predecesor de Newsom, el también demócrata Jerry Brown, acordó agregar 400 soldados para apuntalar la seguridad relacionada con la frontera a solicitud de la administración Trump.
Para Brown, según justificó en ese entonces, el despliegue apoyaría los esfuerzos para perseguir a las bandas criminales, traficantes de personas y traficantes de drogas, como ahora lo propone Newsom, incluso solicitó que los electos no.fueran utilizados para hacer cumplir las políticas federales de inmigración, a pesar de eso, los soldados fueron enviados a la línea fronteriza.