San Francisco prohibió el uso de software de reconocimiento facial por parte de la policía y otros departamentos, con lo que será la primera ciudad en Estados Unidos en proscribir una tecnología que ha alarmado a activistas de las libertades civiles y la privacidad.
La prohibición aprobada el martes por la junta supervisora es parte de una legislación más amplia que requiere a los departamentos municipales establecer políticas de uso y obtener la aprobación de la junta antes de emplear tecnologías de vigilancia de la población. Otros gobiernos locales también le exigen a sus dependencias buscar aprobación antes de aplicar métodos de vigilancia policial.
El supervisor Aaron Peskin, que promovió la medida, dijo que "se trata básicamente de decir: 'Podemos tener seguridad sin ser un estado de seguridad. Podemos tener buena policía sin ser un estado policial'. Y parte de eso es crear confianza en la comunidad sobre la base de buena información comunitaria, no en tecnología de Big Brother", en alusión a la novela de George Orwell sobre un Estado totalitario en el que cada ciudadano está bajo vigilancia constante.
La prohibición es aplicable a la policía y otros departamentos municipales de San Francisco. No afecta el uso de esa tecnología por parte del gobierno federal, por ejemplo en aeropuertos, ni a las personas o negocios particulares.
La junta de San Francisco no debatió el martes la prohibición total de la tecnología, concentrándose en lugar de ello en las posibles cargas a la policía, el sistema de tránsito y otras agencias municipales que necesitan proteger la seguridad pública.
"Me preocupa la politización de estas decisiones", dijo la supervisora Catherine Stefani, una ex fiscal que fue el único voto en contra.
La Fundación para la Tecnología e Innovación, un centro de estudios basado en Washington, emitió una declaración en la que criticó a San Francisco. Dijo que la tecnología hace más fácil y menos costoso para la policía encontrar a sospechosos e identificar a personas desaparecidas.
Daniel Castro, vicepresidente de la fundación, dijo que era tonto comparar el uso de vigilancia en Estados Unidos con China, dado que un país tiene sólidas protecciones constitucionales y el otro no.
"En realidad, San Francisco está más en peligro de convertirse en Cuba que en China pues una prohibición del reconocimiento facial la congelaría en el tiempo con tecnología anticuada", dijo.
No está claro cuántos departamentos de San Francisco usan la tecnología ni para qué propósitos, dijo Peskin. Existen razones válidas para los lectores de matrículas de vehículos, cámaras corporales y cámaras de seguridad, dijo, pero la ciudadanía debería saber cómo son usadas y si son abusadas.
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avs