El huracán más devastador del Atlántico en 40 años, que arrasó en categoría 5 —la máxima en la escala Saffir-Simpson— el noreste de las Bahamas, mató a más de 20 personas en el archipiélago; la cifra aumentó drásticamente desde los siete reportados de manera previa, debido a que los equipos de rescate no han podido acceder a las zonas siniestradas, luego de que el meteoro se estacionara por casi 48 horas.
Una muerte más se registró en Carolina del Norte, donde los vientos del fenómeno hicieron caer a un hombre de 85 años, cuando preparaba protecciones para su hogar, en el condado de Columbus, ante la inminente llegada de Dorian.
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El Hospital Margaret en Nassau, la capital de Bahamas, es ahora el único centro de salud capaz de tratar a los heridos más graves del desastre, después de que el resto de nosocomios fuera barrido por la fuerza del huracán, que permaneció casi inmóvil con fuerza destructiva.
La jefa del hospital, Caroline Burnett-Garraway, explicó a la cadena ABC News que se han recibido 38 pacientes, incluidos niños, que fueron evacuados de las islas más afectadas. “Tres de los pacientes, todos hombres, murieron después de llegar a urgencias“, informó.
[caption id="attachment_999099" align="alignnone" width="696"] Las personas vuelven a lo que queda de sus hogares para intentar salvar pertenencias.[/caption]
De acuerdo con los pronósticos, el ciclón podría tocar tierra a medida que se acerca a las Carolinas.
En conferencia de prensa, el gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, advirtió a sus habitantes que la oportunidad para evacuar sin contratiempos se agotaba. “Si todavía está en una zona de evacuación, todavía puede salir, pero el tiempo se acaba. Es el agua que mata a la gente”, exhortó el funcionario. Una advertencia de huracán está vigente para toda la costa de Carolina del Sur y Carolina del Norte, que se enfrentará a la peor parte de la tormenta y a una peligrosa marejada, con olas de gran tamaño, de hasta 2.4 metros de altura.
[caption id="attachment_999098" align="alignnone" width="696"] Una brigada de voluntarios recorre calles inundadas para rescatar a heridos.[/caption]
CANCELAN DEPORTACIONES. Kevin McAleenan, secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, declaró para Univision que los inmigrantes indocumentados no deberían “preocuparse por la aplicación de la ley de inmigración durante la tormenta, sino por mantenerse a salvo. No habrá una aplicación migratoria de rutina durante esta tormenta o inmediatamente después de esta tormenta”.
Para residentes costeros que prefieren no evacuar, se recomendó permanecer en una habitación, lejos de ventanas y puertas de vidrio, cerrar cortinas y persianas, y asegurar documentos importantes.
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