El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, involucró en más de una ocasión a su vicepresidente, Mike Pence, en los esfuerzos por ejercer presión sobre el líder de Ucrania, Volodymyr Zelensky, en un momento en que el magnate intentaba usar todos los canales posibles para solicitar información que pudiera dañar a uno de sus rivales demócrata, Joe Biden.
Así lo revelaron funcionarios actuales y anteriores de Estados Unidos, según consignó esta tarde el Washington Post.
De acuerdo con esa información, Trump ordenó a Pence que no asistiera a la toma de posesión del presidente ucraniano en mayo pasado, un evento por el que varios funcionarios de la Casa Blanca insistieron para incluir en el calendario del vicepresidente, cuando el nuevo líder de Ucrania buscaba el reconocimiento y apoyo de Washington.
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Meses después, el presidente “usó a Pence" para decirle a Zelensky que la ayuda de Estados Unidos sería retenida mientras exigía acciones más agresivas contra la corrupción, apuntaron las autoridades al diario estadounidense.
En ese momento, luego de la llamada telefónica de Trump el 25 de julio con Zelenksy, los ucranianos probablemente entendieron que la acción contra la corrupción incluía la investigación del exvicepresidente Joe Biden y su hijo Hunter Biden, señala el Post.
Funcionarios cercanos a Pence insisten en que el vicepresidente no estaba al tanto de los esfuerzos de Trump para presionar a Zelensky por información dañina sobre Biden y su hijo.
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Las actividades de Pence ocurrieron en medio de varias indicaciones de la agenda oculta de Trump, entre ellos, la remoción abrupta del embajador de Estados Unidos en Kiev; los esfuerzos visibles del abogado de Trump, Rudolph Giuliani, para insertarse en la relación entre Estados Unidos y Ucrania; así como las alarmas que se generan dentro de la Casa Blanca incluso antes de la aparición de una denuncia extraordinaria de denunciantes sobre la conducta de Trump.
Quizás lo más significativo es que uno de los principales asesores de Pence presenció la llamada del 25 de julio y el vicepresidente tuvo que tener acceso a la transcripción en cuestión de horas.
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