Estados Unidos y Australia anunciaron que trabajarán para reforzar los lazos de seguridad, ya que los dos países cooperan en una investigación políticamente cargada que examina si los funcionarios estadounidenses se extralimitaron cuando investigaron la campaña presidencial de 2016, de Donald Trump.
El fiscal general de Estados Unidos, William Barr, y el ministro de Asuntos Interiores de Australia, Peter Dutton, se reunieron en Washington, ayer, para comenzar a negociar un acuerdo que permitiría a la policía obtener un acceso más rápido a la evidencia electrónica en el otro país. El acuerdo se produce cuando Barr y Trump han presionado a otros gobiernos para que ayuden con una revisión de las acciones de agencias de inteligencia, mientras investigan la campaña de Trump de 2016 por vínculos con Rusia.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, detalló que acordó ayudar a Barr con la investigación cuando Trump lo llamó en agosto pasado.
La controversia de Ucrania ha puesto en relieve la forma poco ortodoxa en de Trump interactúa con otros líderes en llamadas diplomáticas.
Los críticos, incluidos algunos exfuncionarios de la administración, sostienen que el comportamiento de Trump en llamadas con líderes extranjeros ha creado tensiones innecesarias con aliados y ha enviado señales preocupantes a los adversarios autoritarios de que Estados Unidos no se preocupa por los derechos humanos.
Donald Trump presionó al primer ministro de Australia, Scott Morrison, durante una reciente llamada telefónica para ayudar al fiscal general William Barr con su revisión de los orígenes de la investigación de Rusia, según un funcionario familiarizado con la llamada.
Un colaborador de la Casa Blanca que informó sobre el asunto dijo que el fiscal general pidió al presidente que solicite la ayuda de varios países, incluida Australia, con la revisión de las primeras etapas de la investigación de Rusia.
La llamada ocurrió con el conocimiento de Barr y por sugerencia suya. El New York Times reportó por primera vez esta llamada, la semana anterior.
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El funcionario señala que esto va muy a tono con la revisión que lleva a cabo el fiscal federal John Durham (sobre el Rusiagate), por lo que se considera completamente diferente al asunto de Ucrania.
Los empleados del Departamento de Justicia aseguran que es apropiado que el fiscal general y el presidente busquen ayuda de otros países con una investigación de la interferencia electoral de 2016.
El portavoz del Departamento de Justicia, Kerri Kupec, confirmó que Trump, a pedido de Barr, se comunicó con varios otros líderes extranjeros para pedirles que ayuden a la investigación.
“A solicitud del fiscal General Barr, el presidente se ha contactado con otros países para pedirles que presten ayuda”, dijo Kupec.
El Washington Post publicó que Barr también ha mantenido reuniones privadas con funcionarios de inteligencia extranjeros fuera de Estados Unidos para buscar su participación en la investigación del Departamento de Justicia sobre los orígenes de la investigación de Robert Mueller, el fiscal especial designado para seguir el Rusiagate.
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William Barr, incluso, ha hecho propuestas serias a miembros de la comunidad de inteligencia de Gran Bretaña, destacó también The Washington Post, al citar a una persona familiarizada con el asunto. Además, viajó a Italia el mes pasado para sostener reuniones con representantes de ese gobierno, en Roma, para el mismo fin.