A menos de un día de que el presidente de EU, Donald Trump, anunciara la retirada de su ejército de Siria, donde respaldaba a los combatientes kurdos en su lucha contra el Estado Islámico, Turquía bombardeó una base de las Fuerzas Democráticas Sirias (organización kurda), informó la televisión pública siria Al Mayadín y la agencia de noticias rusa Sputnik.
La agresión supuso la respuesta más inmediata por parte de Turquía, que, como sospechaban expertos en política exterior en todo el mundo, aprovecharía el estado de indefensión de los kurdos, luego de que su aliado protector, Estados Unidos, se alejara de “la guerra sin fin”, como la denominó el presidente Donald Trump.
Medios sirios también informaron de otro ataque turco en el cercano paso fronterizo de Semalka. ”Aviones turcos atacaron el cuartel general de las fuerzas kurdas en los alrededores de la ciudad de Al Malikiya, en la provincia de Al Hasaka, en el noreste de Siria”, indicaron.
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El periódico turco Daily Sabah consignó igualmente el inicio de los bombardeos sobre las posiciones de las fuerzas kurdas, aunque aseguró que se trata de un ataque con artillería.
La agencia de noticias SANA confirmó el ataque sobre la base de Al Malikiya e informó además de un bombardeo turco sobre el paso fronterizo de Semalka, que separa Siria de Irak. Las milicias kurdas tendrían presencia tanto en un lado como en el otro de la frontera sirio-iraquí.
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Este lunes Estados Unidos inició la retirada de su contingente desplegado. La noticia no fue bien recibida por la comunidad internacional.
Los expertos en seguridad nacional en todos los poderes de Estados Unidos advirtieron que la idea de Trump de abandonar a los kurdos en Siria tendrá un efecto escalofriante a nivel mundial, ya que el acto erosiona aún más la credibilidad estadounidense cuando hay otras potencias deseosas de aprovechar los huecos que deje Washington.
La política exterior del presidente Trump brinda a los aliados razones para dudar de que Estados Unidos cumpla con sus compromisos de seguridad o proteja a sus amigos en un momento de necesidad.
El presidente Trump, en Twitter, ayer, sugirió que EU ya carga demasiado con el costo de luchar contra el Estado Islámico. Reprendió a las naciones europeas por no repatriar a los ciudadanos que se habían unido al grupo extremista y alegó que Estados Unidos fue tomado por “imbécil”. Además reprendió a sus propios aliados kurdos, a quienes reprochó que “EU pagó enormes cantidades de dinero” para luchar contra los terroristas.
“Es hora de que salgamos de estas ridículas Guerras sin fin, muchas de ellas tribales, y traigamos a nuestros soldados a casa. Lucharemos sólo donde tengamos beneficio”, tuiteó.
Los funcionarios europeos se enojaron por la decisión abrupta de Trump. En todo el continente, funcionarios lamentaron lo que vieron como una decisión desafortunada que exacerbaría las altas tensiones en una región inestable.
El Ministerio de Relaciones Exteriores francés advirtió econtra permitir que Ankara continúe su ofensiva planificada.
“Cualquier acción unilateral podría tener importantes consecuencias humanitarias y no proporcionaría las condiciones para el regreso seguro y voluntario de los refugiados a sus áreas de origen”.
Norbert Röttgen, jefe del comité de Asuntos Exteriores en el Parlamento de Alemania consideró que la “retirada daña la credibilidad y la estabilidad de Estados Unidos en toda la región y en el mundo. La ofensiva turca planeada es contraria al derecho internacional y militariza aún más el conflicto”, agregó al advertir sobre la crisis que finalmente se desató.