Con la esperanza de paliar la crisis boliviana, misiones de Naciones Unidas y de la Unión Europea instalaron una mesa de diálogo, que incluye a la Iglesia católica del país, el gobierno transitorio, partidos políticos y representantes de la sociedad civil.
“(La ONU) busca apoyar los esfuerzos por pacificar la situación en Bolivia. Anunciamos el comienzo de un diálogo nacional y el despliegue de una misión de derechos humanos que investigará los hechos de violencia registrados recientemente en ese país”, apuntó el organismo internacional, en comunicado.
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Las conversaciones están encaminadas a “definir los acuerdos para la convocatoria de nuevas elecciones generales y alcanzar un consenso para elegir un nuevo Tribunal Supremo Electoral”.
Jean Arnault, enviado del secretario general de la ONU, António Guterres, encabezará el proceso de mediación.
En el primer acercamiento de la mesa, Arnault se reunió con líderes de la Conferencia Episcopal de Bolivia, que subrayó que “celebrar nuevas elecciones, transparentes y confiables es el mejor camino para superar las diferencias en forma democrática y pacífica”.
“Anunciamos el comienzo de un diálogo nacional y el despliegue de una misión de Derechos Humanos que investigará la violencia en ese país”
Misión ONU Bolivia
Comunicado del 18 de noviembre de 2019
En el mismo contexto, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, desplegó un equipo en Bolivia para “esclarecer los hechos de violencia”, informó la Oficina para América del Sur de la agencia que dirige la expresidenta chilena. La misión también mantuvo reuniones con actores nacionales bolivianos.
Una ola de protestas estalló en el país sudamericano tras las elecciones del pasado 20 de octubre, en las que Evo Morales proclamó su victoria para un cuarto mandato, pero la oposición denunció fraude. La Organización de Estados Americanos (OEA) hizo una auditoría al proceso electoral en la que halló “irregularidades” que orillaron al gobierno a anular los comicios y renunciar.
PROBLEMAS DE ABASTO. Los bloqueos de partidarios del expresidente Morales en las principales ciudades ocasionaron escasez de gasolina y alimentos, ayer, por cuarto día consecutivo.
Mercados y puestos de alimentos lucían cerrados, cuando las autoridades enfrentaban problemas para reabastecer de gasolina a la capital por las marchas que taparon pasos carreteros.
La Paz es la principal ciudad afectada por el desabasto, que comenzó el pasado jueves, cuando se recrudecieron los enfrentamientos entre sindicatos seguidores de Morales y las fuerzas de seguridad. La escasez también golpea a la oriental Santa Cruz, considerada bastión opositor y motor agroindustrial del país.
La planta del energético en La Paz estaba rodeada de vecinos que levantaron barricadas para exigir el retorno al poder de Evo Morales, quien se encuentra asilado en México, y presionar para que renuncie la autoproclamada presidenta interina, Jeanine Áñez.
En Santa Cruz, productores denunciaron que las frutas y verduras se estaban pudriendo, al no poder llevarlas a mercados destino, por lo que se vieron obligados a regalar varios lotes de mercancía.
El Dato: La presidenta interina, Jeanine Áñez, canceló un viaje al interior de Bolivia por “amenazas” de un grupo de cubanos, venezolanos y colombianos.
Dejen que termine mi mandato, pide Evo Morales
A casi dos semanas de su renuncia, luego de la polémica elección presidencial del pasado 20 de octubre, el expresidente Evo Morales reclamó su derecho a terminar el mandato para el que fue electo en 2014.
En medio de las tensiones por la división política que dejó, y después de que dijera, en entrevista a la BBC, que tiene “todo el derecho a presentarse como candidato en nuevas elecciones”, el líder indígena garantizó que no se postulará más.
“No sé por qué están asustados, no quieren que participe, está bien, todo por la vida, por la democracia. Retiro mi candidatura, pero deberían dejarme terminar mi mandato”, afirmó en una entrevista con Al Jazeera, ayer.
Un Morales más relajado, describió la cadena de televisión, explicó que buscaba un recurso legal para volver, para terminar la administración que termina en enero próximo, para respaldar a los grupos indígenas “que resisten al golpe de Estado”.
“Extraño Bolivia. No puedo estar fuera de mi país. Estoy acostumbrado a estar con la gente, como líder sindical y como presidente, para hacer mi trabajo”, expresó.
