Un empresario muy cercano al presidente de Estados Unidos se benefició con el proyecto cumbre de Donald Trump: el muro en la frontera con México. De acuerdo con la queja de un legislador demócrata, un donante republicano obtuvo el contrato por 400 millones de dólares para construir un tramo de la pared, en Arizona, por lo que se activó una auditoría para determinar si hubo tráfico de influencias por parte del gobierno.
De acuerdo con la inconformidad, redactada por el presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, Bennie Thompson, el presidente Trump presionó para que el Cuerpo del Ejército encargado de la obra contratara a la firma, cuyo director es uno de los principales benefactores de los republicanos en el Senado.
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De esta manera, Glenn Fine, alto funcionario de la oficina de Inspección General del Pentágono, autorizó una revisión del contrato.
“Usted expresó su preocupación sobre la posibilidad de una influencia inapropiada en la decisión de contratación y cuestionó si la oferta presentada por Fisher Sand y Gravel (empresa implicada) cumplía con los estándares de solicitud”, escribió Fine al legislador Thompson.
“En respuesta a su solicitud, hemos decidido iniciar una auditoría de la adjudicación de este contrato. Estamos evaluando la metodología de esa auditoría y la anunciaremos pronto, formalmente”.
El pasado 2 de diciembre, el Pentágono oficializó la millonaria contratación de Fisher Sand y Gravel para la construcción de unos 20 kilómetros de nuevas barreras fronterizas a lo largo del Refugio Nacional de Vida Silvestre Cabeza Prieta, en el sur de Arizona.
Tommy Fisher, presidente de Fisher Industries, ha hecho repetidas apariciones en medios conservadores, donde insiste en que puede construir el muro más rápido y por menos dinero, uno de los argumentos por los que recibió la adjudicación, según la Casa Blanca.
Después de que el Cuerpo del Ejército pasó por alto sus ofertas anteriores en proyectos de barrera fronteriza, Tommy Fisher lanzó una agresiva campaña pública y privada para ganar el contrato.
En este sentido, el senador republicano Kevin Cramer presionó personalmente al presidente para que contratara a Fisher y acusó al Cuerpo del Ejército de excluir a la empresa de manera injusta.
Fisher donó varios millones a la campaña de Cramer para el Senado, apareció con él en mítines y asistió al discurso del Estado de la Unión de Trump en el Congreso, a principios de este año.
El empresario pagó a la firma de cabildeo Odney Inc más de 100 mil dólares desde 2017 para asegurar los contactos del muro fronterizo, según muestran los registros de divulgación. La compañía también se asoció con el grupo activista de derecha We Build the Wall (“Construyamos el Muro”) para levantar nuevas cercas en terrenos privados, con dinero recaudado a través de donaciones nacionalistas en línea.
El grupo está liderado por varias figuras del Partido Republicano: el exasesor de Trump, Stephen Bannon, quien es presidente de su junta asesora, y el exsecretario de Estado de Kansas, Kirs Kobach, quien funge como asesor general.
El dato: Tim Priebe, un abogado que representa a Fisher, dijo al tribunal que la compañía quiere ayudar al gobierno a adquirir tierras privadas que necesita para el proyecto del muro.
We Build the Wall intenta instalar un tramo de cerca de 2 kilómetros con fondos privados en las orillas del Río Bravo, en Mission, Texas, sobre un terreno que la ONG afirma que Tommy Fisher compró, para agradar al presidente.
Un juez federal emitió una orden que impide que la organización colocar la barrera porque planea construir a lo largo de la llanura de inundación del río, por lo que necesitaría un permiso de la Comisión Internacional de Límites y Aguas para continuar.