Visto desde la superficie, Arabia Saudita “hizo justicia” por el asesinato del periodista Jamal Khashoggi —ejecutado en octubre de 2018, en un crimen que salpicó al príncipe heredero Mohammed bin Salman—, al condenar a cinco personas a muerte y dar 24 años de cárcel a otras tres; sin embargo, los dos funcionarios más importantes implicados en el caso, incluido el asesor considerado mano derecha del futuro rey, fueron absueltos.
El asesinato de Khashoggi provocó una gran protesta mundial contra el llamado Reino del Desierto, y llevó un mayor escrutinio de una ofensiva contra los disidentes perseguidos por el príncipe.
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Khashoggi, de 59 años, quien escribía textos críticos al sistema saudí en el Washington Post, desde su exilio autoimpuesto en Estados Unidos, se había convertido en una de las plumas más incómodas para Mohammed.
Los veredictos se dieron a conocer después de un juicio en el tribunal penal de Riad, la capital saudí, que duró casi un año y que se mantuvo en estricto secreto. Las sesiones de la Corte quedaron cerradas al público, y las autoridades pidieron a funcionarios extranjeros que no revelaran detalles de los procedimientos.
“La completa falta de transparencia y la negativa del gobierno saudita a cooperar con investigadores independientes, sugiere que esto fue un juicio falso”
Hatice Cengiz
Prometida de Khashoggi
Grupos de derechos humanos internacionales, advirtieron que la falta de transparencia por parte de Arabia Saudita amenazaba con ocultar la posible participación de altos funcionarios, con el príncipe heredero incluido, en el asesinato.
La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés) concluyó el año pasado que Mohammed ordenó el asesinato de Kha-shoggi, en un reporte que contradijo la insistencia de Arabia Saudita, de que el príncipe no tenía conocimiento previo de la operación.
En una conferencia de prensa en Riad, ayer, Shalaan al-Shalaan, portavoz del fiscal saudí, se negó a identificar a las cinco personas condenadas a muerte.
El vocero se limitó a decir que dos altos funcionarios, Saud al-Qahtani, asesor real, y Ahmed al-Assiri, exjefe adjunto de Inteligencia, fueron investigados y exonerados. Mohamed al-Otaibi, quien se desempeñó como cónsul general de Arabia Saudita en Estambul, Turquía, cuando ocurrió el asesinato, también fue absuelto de toda responsabilidad.
El dato: A finales de septiembre pasado, el príncipe Mohammed bin Salman asumió “toda la responsabilidad” por el asesinato de Khashoggi, al reconocer que ocurrió bajo su mandato.
FAMILIA SE DIVIDE POR RESULTADOS DEL JUICIO. Saleh Khashoggi, el mayor de los cuatro hijos del periodista, consideró que los veredictos son justos.
“Afirmamos nuestra confianza en el Poder Judicial saudí en todos sus niveles, en que sea justo con nosotros y en lograr justicia”, escribió en Twitter, ayer.
Pero Hatice Cengiz, la prometida de Khashoggi, se distanció de la familia, al escribir, también en Twitter, que los hallazgos del fiscal “no son aceptables”.
“La completa falta de transparencia y la negativa del gobierno saudita a cooperar con investigadores independientes sugiere que esto fue simplemente un juicio falso”, detalló en un comunicado.
“Los responsables finales, al más alto nivel del gobierno saudita, continúan escapando de la responsabilidad por el brutal asesinato de Jamal Khashoggi”.
Khashoggi, ciudadano saudí que vivía en Virginia, Estados Unidos, visitó el Consulado de Arabia Saudita en Estambul, el 2 de octubre de 2018, para obtener documentos que le permitieran casarse con Cengiz. Investigadores turcos y sauditas sostienen que Khashoggi fue asesinado poco después de llegar a la misión, por un equipo de agentes que habían volado a Estambul desde Arabia Saudita, mientras Cengiz esperaba afuera.