Los demócratas del Senado de Estados Unidos descartaron ayer las conversaciones sobre los intentos de un acuerdo que garantice que el exasesor de Seguridad Nacional, John Bolton, testifique en el juicio político del presidente Donald Trump, a cambio de que el exvicepresidente Joe Biden (rival del magnate), y su hijo Hunter, también declaren en el proceso.
La idea fue planteada por los republicanos, quienes sostienen que debe haber “reciprocidad de testigos”; es decir, algunos que sean convenientes para los acusadores y otros que lo sean para el presidente. Pero los demócratas se negaron, al alegar que los aliados de Trump exigen la presencia de “un testigo irrelevante (el hijo de Biden)”, a cambio de uno con conocimiento de primera mano de las acciones “fraudulentas” del magnate (el exasesor John Bolton).
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El líder de la minoría (demócrata) del Senado, Charles Schumer, a quien los medios estadounidenses le preguntaron de un posible intercambio, argumentó que los testigos del juicio político deberían tener algo que ver con el caso, con lo que quiso dejar fuera a Joe Biden, cuyo hijo fue objeto de interés de Trump, quien solicitó que se le investigara al estar ligado con una empresa ucraniana con expediente de corrupción.
“No necesitamos a testigos que no tengan nada que ver con este asunto y que estén tratando de distraer a los estadounidenses de la verdad, de lo que realmente importa”, dijo Schumer.
"No necesitamos testigos que no tengan nada que ver con esto y que estén tratando de distraer a los estadounidenses de la verdad”
Charles Schumer
Senador demócrata
El legislador dejó claro, en ese sentido, que una negociación para lograr testigos “está fuera de la mesa”.
Para los republicanos y para el propio Trump, Hunter Biden resulta relevante, pues cuestionarlo en el Senado les ayudaría a demostrar que el presidente solicitó una investigación contra el hijo del candidato demócrata, al estar preocupado por sus implicaciones en un sucio negocio en Ucrania.
El presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Adam Schiff, quien encabeza el equipo de fiscales acusadores de Donald Trump, coincidió en que llamar a declarar al hijo del exvicepresidente es “irrelevante y además inmaterial”.
“Esto no es como un intercambio de futbol... Esto no es: ‘te ofreceremos esto, si nos lo das’”, comentó, también ante los medios de comunicación, restringidos para presenciar las sesiones del juicio.
El también demócrata Chris Van Hollen, indicó que no apoyaría un intercambio de Biden por Bolton, pues “Biden sólo sería un espectáculo secundario”.
The Washington Post, que citó fuentes no identificadas, escribió ayer que hubo una discusión entre algunos demócratas sobre el apoyo a dicho acuerdo, pero los senadores rápidamente se distanciaron de ese asunto.
Aunque los senadores demócratas ya no quieren saber nada del acuerdo, la idea de un intercambio ha sido ampliamente planteada por Trump y sus aliados en la Cámara alta.
"Llamar a Hunter Biden es irrelevante. Esto no es como un intercambio de fútbol... Esto no es: ‘te ofreceremos esto, si nos lo das”
Adam Schiff
Fiscal contra Trump
En la tribuna republicana, el senador Mitt Romney, quien ha tenido diferencias con el presidente, expresó que está interesado en lo que pueda revelar John Bolton, y las senadoras Lisa Murkowski y Susan Collins indicaron que están abiertas a llamar a testigos.
De acuerdo con la resolución de reglas aprobada por el Senado ayer, los legisladores (que hacen las veces de jurado) tendrán la oportunidad de votar sobre si se puede o no llamar a testigos o solicitar documentos adicionales para reforzar las evidencias de las acusaciones.
Si 51 senadores apoyan permitir que se convoque a testigos, ambas partes podrán presentar propuestas de algunos perfiles potenciales, para que acudan a declarar; estas mociones serán votadas también en el pleno.
Los republicanos, técnicamente, no necesitarían el apoyo de los demócratas si quisieran enviar un citatorio a Hunter Biden, ya que cuentan con la mayoría simple necesaria; sin embargo, también están comprometidos con el deseo de la Casa Blanca, de liquidar, lo antes posible, el proceso, para exonerar al presidente de los cargos y que éste pueda continuar con su campaña a la reelección.
