Gran Bretaña inició el viernes como miembro de la Unión Europea, pero abandonó oficialmente el bloque a las 23:00 horas locales, medianoche en Bruselas y 17:00 hrs en la Ciudad de México, tres años y medio después de que el país decidiera en referéndum, por un margen de apenas 52%-48%, separarse del organismo al que se integró en 1973.
Su estatus al final del día -como nación orgullosa que reclamó su soberanía, o una presencia más reducida en Europa y en el mundo- seguirá estando a debate.
El primer ministro de Gran Bretaña, Boris Johnson, se reunirá con su gobierno por la mañana en la localidad proBrexit de Sunderland, en el noreste de Inglaterra. Está previsto que ofrezca un discurso televisado a la nación una hora antes de que se culmine el Brexit, en el que señalará que "no es un final sino un comienzo".
Según su oficina, lo describirá como "un momento de verdadera renovación y cambio nacional".
Sin embargo, para casi todos los 500 millones de habitantes de Gran Bretaña y el bloque será una noche normal de viernes.
Gran Bretaña y la UE libraron una lucha encarnizada con insultos desde una y otra margen del Canal de la Mancha sobre las condiciones del divorcio. Ahora, en la víspera de uno de los sucesos más significativos de la historia de la Unión Europea, las batallas políticas han cedido a una tensa calma, como la que precede la próxima tormenta.
La UE tendrá que recuperarse de uno de sus mayores reveses en sus 62 años de historia para enfrentar un mundo cada vez más complicado, con un nuevo competidor en el libre mercado justo al otro lado del Canal de La Mancha.
Las dos partes están exhaustas después de las peleas del Brexit y ninguna tiene demasiadas ganas de marcar el acontecimiento con gestos extravagantes.
La UE quisiera que pase la noche sin que nadie se dé cuenta. Después de todo, pierde a uno de sus miembros más grandes, una potencia diplomática, militar y económica a la par de Alemania y Francia.
Esta es la primera vez que un socio sale de la UE, y muchos en el bloque lamentaron el día. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, informó que "cuando el sol salga mañana, empezará un nuevo capítulo para nuestra unión de los 27".
La dirigente advirtió que este día podría suponer una gran pérdida para Gran Bretaña y apuntó que la nación insular se encamina a una existencia más solitaria. "La fortaleza no reside en un magnifico aislamiento, sino en nuestra unión única".
La prensa de todo el continente informó del divorcio entre Bruselas y Londres con titulares como "Adiós a Europa" y "Bye-Bye!", junto a la bandera británica, conocida como la Union Jack.
El gobierno espera que la salida se conmemore de forma digna y no triunfalista, con luces con los colores de la bandera _ rojo, blanco y azul _ iluminando edificios gubernamentales y un reloj con la cuenta regresiva proyectado sobre la fachada de la residencia oficial del primer ministro, en el número 10 de Downing Street.
Algunos partidarios del Brexit llevarán a cabo celebraciones más estridentes. Nigel Farage y un grupo de devotos participarán en un acto con discursos y canciones patrióticas en Parliament Square, en Londres, para señalar un momento que el político, firme defensor de la salida del país del bloque, dudó que llegara a producirse.
Otros no tienen ganas de festejar. La abogada Alice Cole-Roberts dijo el viernes que espera "más y más frustración" a medida que se desarrolle el Brexit.
"Es un día muy triste. Estoy muy molesta porque nos vamos de la Unión Europea y simplemente desearía que no sucediera", manifestó.
Durante los próximos 11 meses, la UE y Gran Bretaña volverán a enfrentarse en la mesa de negociación para formar un acuerdo de comercio y seguridad como parte de su nueva relación.