En un informe anual, Amnistía Internacional (AI) consideró ayer que los más de 300 muertos debido a la represión durante manifestaciones en América Latina, en 2019, reflejan que en la región las autoridades hacen “uso excesivo de la fuerza”.
La organización calificó al continente como “el sitio con menor igualdad y el más violento del mundo, luego de intentar silenciar la justicia social”.
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Denunció que frente a los movimientos de protesta para exigir rendición de cuentas y respeto por los Derechos Humanos en países como Venezuela, Honduras, Puerto Rico, Ecuador, Bolivia, Haití, Chile y Colombia, el Estado reprimió y militarizó cada vez más las calles.
“En lugar de establecer mecanismos para promover el diálogo y abordar los motivos de preocupación de quienes se manifestaban, se fueron por la vía de la violencia”, subrayó.
En tanto, Amnistía descalificó el tema de las grandes olas de crisis migratoria —de Venezuela, Guatemala, Honduras y El Salvador—, en las que los gobiernos adoptaron posturas intolerantes y autoritarias, ya que en varias naciones optaron por restringir el derecho de manifestación y la posibilidad de solicitar asilo.
Lo que lamentó la organización fue el hecho de que mientras millones de ciudadanos salían a protestar a las calles en Chile, Bolivia, Ecuador o Venezuela, otros eran obligados a huir de su país en busca de seguridad.
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La institución señaló que en Chile, durante las protestas que iniciaron por el incremento a la tarifa del transporte público, el Ejército y la Policía “hirieron deliberadamente a manifestantes para desalentar la disidencia; mataron al menos a cuatro personas e hirieron de gravedad a miles más”.
La entidad denuncia la represión “severa” en Venezuela, donde las fuerzas del gobierno de Nicolás Maduro “cometieron crímenes de Derecho Internacional y violaciones de Derechos Humanos”, entre las ejecuciones extrajudiciales que se podrían constituir como crímenes graves para la humanidad.
Frente a la migración de casi cinco millones de venezolanos que salían de su país por la crisis política y económica, el organismo lamenta que Perú, Ecuador y Chile hayan restrigido la entrada, obligaron, ilegalmente, a los migrantes necesitados de protección internacional a ir de vuelta a su país.
Asimismo, Amnistía Internacional considera que Latinoamérica también es la región más peligrosa para los defensores de Derechos Humanos, de derechos de la tierra o el medioambiente.
“Muchos veladores de la justicia fueron asesinados, se vieron expuestos a la criminalización, desplazamiento forzado y acoso”, lamenta en el informe.
Evalúa a Colombia como el país más letal para los defensores de Derechos Humanos, con 106 asesinatos, de los que la mayoría son indígenas, afrodescendientes y campesinos.
Erika Guevara Rosas, directora de Amnistía para las Américas, explicó a la prensa que, a pesar de la alarma por el aumento de las violaciones de derechos humanos en la región, Nicaragua y Venezuela todavía son focos rojos por la violencia del Estado contra quienes muestran su rechazo a los regímenes de Managua y Caracas.
jmg