La metrópoli china, considerada cuna del coronavirus, que a la fecha tiene a la mitad de la población mundial encerrada, con casi millón y medio de infectados, rompió ayer, después de 76 días, el drástico aislamiento que le fue impuesto por las autoridades comunistas, cuando la ola de infecciones cedió, al grado que el reporte de nuevas muertes en el gigante asiático no reportó ninguna cifra.
Así, 55 mil personas que no pudieron dejar la ciudad para regresar a sus hogares cuando la cuarentena entró en vigor, el pasado 23 de enero, tomaron el tren.
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El primer convoy, informaron las autoridades ferroviarias, partió a las 00:50 de este miércoles, y las carreteras de salida se abrieron al tránsito de vehículos aproximadamente al mismo tiempo.
La frase: “Wuhan levanta el bloqueo” se convirtió rápidamente en el tema de mayor tendencia en la plataforma china de Internet Weibo, similar a Twitter, con mensajes de buena voluntad para los 11 millones de habitantes de esta capital industrial, como “bienvenido Wuhan”.
Las más de 50 mil personas que dejaron la zona son poco más de la cantidad que contrajo el virus en Wuhan desde diciembre pasado. Ahí, la cifra de muertos alcanzó los 2 mil 571, aproximadamente 80 por ciento del total de muertes en China, según los conteos oficiales.
En su apogeo, el encierro vio a las personas confinadas a la fuerza en sus hogares y el centro industrial y de transporte que trasladaba diariamente a millones hacia el resto del país se parecía a un pueblo fantasma, con calles desiertas, excepto por las patrullas policiales y los vehículos de emergencia.
A pesar de todo, el gobierno avanza en una línea muy delgada entre permitir mayor libertad de movimiento y actividad económica, para reactivar la dinámica industrial, o protegerse contra una segunda ola de infección, que puede ser más agresiva, con especial preocupación por los casos importados y las personas que no muestran síntomas, pero aún pueden transmitir el virus.
Aunque la reapertura simbólica significó el fin del encierro de una ciudad entera, las autoridades todavía exhortan a los residentes de Wuhan a no abandonar sus casas, sus vecindarios, la ciudad o, incluso, la provincia, a menos que sea extremadamente necesario, advirtieron ayer funcionarios de salud. Las barreras altas continúan rodeando los complejos de viviendas y la gente sólo puede irse si cuenta con un código verde o documentos que muestren una razón válida.
Muchos siguen temerosos de contraer la enfermedad, cuando China reportó 137 nuevos casos asintomáticos ayer.
KA