Un Papa progresista pide “salario universal para los excluidos de la globalización”

Foto: larazondemexico

En medio de la pandemia y con la llegada del Domingo de Resurrección, el Papa Francisco recordó a quienes integran los movimientos populares del mundo que “si la lucha contra el COVID-19 es una guerra, (ellos) son un verdadero ejército invisible en las más peligrosas trincheras″.

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En una carta dirigida a “los excluidos de los beneficios de la globalización”, el pontífice aseguró que los males que aquejan a todos, a ellos los golpean doblemente porque “viven el día a día sin ningún tipo de garantías legales que los protejan”.

Se necesita, dijo, “un salario universal que reconozca y dignifique las nobles e insustituibles tareas que realizan”.

En la misiva, el Papa argentino hizo explícita referencia a vendedores ambulantes, pepenadores, pequeños agricultores, constructores, costureros y las personas que realizan tareas de cuidado.

“Ustedes, trabajadores informales, independientes o de la economía popular, no tienen un salario estable para resistir este momento y las cuarentenas se les hacen insoportables"

"Tal vez sea tiempo de pensar en un salario universal que reconozca y dignifique las nobles e insustituibles tareas que realizan; capaz de garantizar y hacer realidad esa consigna tan humana y tan cristiana: ningún trabajador sin derechos”, enfatizó.

El dirigente de la Iglesia católica hizo hincapié en que el arma más valiosa de las organizaciones populares "es la solidaridad, la esperanza y el sentido de la comunidad que reverdece en estos días en los que nadie se salva solo”.

El Papa los describió como “los verdaderos poetas sociales, que desde las periferias olvidadas crean soluciones dignas para los problemas más acuciantes de los excluidos”.

Sin embargo, les pidió que no se encierren en la queja, que se sigan arremangando y trabajando por sus familias, por sus barrios, por el bien común. "Esta actitud de ustedes me ayuda, cuestiona y enseña mucho”, aseguró.

"A las periferias no llegan las soluciones del mercado y escasea la presencia protectora del Estado”, agregó.

Francisco destacó la actitud de salir a reclamar por sus derechos en vez de quedarse resignados esperando a ver si cae alguna migaja de los que detentan el poder económico.

“Muchas veces mastican bronca e impotencia al ver las desigualdades que persisten incluso en momentos donde se acaban todas las excusas para sostener privilegios”, señaló.

“Pienso en las personas, sobre todo mujeres, que multiplican el pan en los comedores comunitarios cocinando con dos cebollas y un paquete de arroz un delicioso guiso para cientos de niños, pienso en los enfermos, pienso en los ancianos. Nunca aparecen en los grandes medios. Tampoco los campesinos y agricultores familiares que siguen labrando para producir alimentos sanos sin destruir la naturaleza, sin acapararlos ni especular con la necesidad del pueblo”, resaltó.

También se mostró preocupado por la forma en que los distintos sectores sociales tienen que llevar adelante la cuarentena total.

“Qué difícil es quedarse en casa para aquel que vive en una pequeña vivienda precaria o que directamente carece de un techo. Qué difícil es para los migrantes, las personas privadas de libertad o para aquellos que realizan un proceso de sanación por adicciones. Ustedes están ahí, poniendo el cuerpo junto a ellos, para hacer las cosas menos difíciles, menos dolorosas. Los felicito y agradezco de corazón”.

KA

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