En la competencia mundial por obtener una vacuna eficaz contra el expansivo coronavirus actual, el gigante farmacéutico Pfizer se sumó a las apuestas, al plantear que en otoño podría comenzar a estar disponible un nuevo inmunizador contra el COVID-19 bajo su marca.
Esta semana, Pfizer comenzó a probar varias versiones de una vacuna experimental contra el coronavirus en jóvenes sanos de Estados Unidos, un primer paso para establecer la seguridad, la dosis y el candidato más prometedor para participar en ensayos más grandes que evaluarán la efectividad.
Si todo va bien, la compañía podría comenzar a hacer que su vacuna esté más ampliamente disponible antes de que termine el año, un proyecto tan prometedor como el de la Universidad de Oxford, quien abrió la posibilidad de contar con un inmunizador en septiembre.
Contenido relacionado: Europa reanuda hoy actividad; Oxford apuesta a vacuna en 4 meses
En un diseño de prueba inusual que señala la necesidad apremiante de encontrar el agente que inhiba al COVID-19, Pfizer puso en marcha, al mismo tiempo, cuatro versiones de la vacuna. Por lo general, las empresas pasan años en experimentos con animales y seleccionan a un único candidato para someterlo a pruebas en humanos, pero el fabricante de medicamentos decidió crear un ensayo flexible que podría arrojar la mejor opción en un menor tiempo.
“La pandemia vino sobre nosotros, rápida y furiosa, y no tuvimos mucho tiempo para hacer años de investigación”, declaró Kathrin Jansen, directora de investigación y desarrollo de vacunas en Pfizer. “Debido a la urgencia y la crisis, dijimos: '¿Qué podemos hacer para acortar el tiempo de desarrollo de una vacuna?'”.
La vacuna se está desarrollando en colaboración con la compañía alemana BioNTech y utiliza un tipo de material genético, llamado ARN, para enseñar al sistema inmunitario de una persona a defenderse contra el coronavirus.
"Cuando los virus con esta mutación ingresan a una población, rápidamente comienzan a hacerse cargo de la epidemia local, por lo que son más transmisibles”
Bette Korber
Bióloga del Laboratorio Nacional Los Álamos
El ensayo, inicialmente centrado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland y en la Facultad de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, administró las primeras cinco vacunas ayer. Cuatro de cada cinco personas en el estudio recibirán vacunas experimentales, y una recibirá un placebo.
El proyecto ya comenzó con personas de entre 18 y 55 años. Pero a medida que se establezca la seguridad en esa población, se extenderá a un grupo mayor de participantes, personas de hasta 85 años, debido al alto riesgo que enfrentan. Finalmente, se inscribirá a 90 personas en cada sitio de prueba.
EL VIRUS PARECE DEFENDERSE. El Laboratorio Nacional de Los Álamos anunció ayer que identificó una nueva cepa del coronavirus, que se ha vuelto dominante en todo el mundo y que parece ser más contagiosa que las versiones que comenzaron propagarse en los primeros días de la pandemia, en China.
La nueva cepa apareció en febrero en Europa, emigró rápidamente a la costa este de Estados Unidos y ha sido dominante en todo el mundo desde mediados de marzo. Además de propagarse más rápido, puede hacer que las personas sean vulnerables a una segunda infección después de un primer ataque con la enfermedad.
El equipo de Los Alamos, asistido por científicos de la Universidad de Duke y la Universidad de Sheffield en Reino Unido, identificó 14 mutaciones, que ocurrieron entre los casi 30 mil pares de bases de ARN que otros científicos dicen que forman el genoma del coronavirus. Los autores del informe se centraron en una mutación llamada D614G, responsable del cambio en los picos de la enfermedad.
“La historia es preocupante, ya que vemos una forma mutada del virus emergiendo muy rápidamente, y durante el mes de marzo se convirtió en la forma pandémica dominante”, escribió la líder del estudio, Bette Korber. “Cuando los virus con esta mutación ingresan a una población, rápidamente comienzan a hacerse cargo de la epidemia local, por lo que son más transmisibles”.
ALERTA EN MENORES. Autoridades sanitarias de la ciudad de Nueva York advirtieron esta semana de una afección inflamatoria inusual y potencialmente grave relacionada con el Covid-19, que han observado en 15 niños hospitalizados.
Los menores, de entre dos y 15 años, experimentaron fiebre persistente y marcadores inflamatorios elevados, similares a los de un síndrome conocido como enfermedad de Kawasaki. Más de la mitad tenía erupción cutánea, dolor abdominal, vómitos o diarrea. Menos de la mitad presentó síntomas respiratorios.
Todos los pacientes descritos fueron ingresados en cuidados intensivos y requirieron asistencia cardíaca o respiratoria; cinco de ellos necesitaron ventilación mecánica. Ninguno ha muerto.
La autoridad sanitaria británica emitió una alerta similar en abril. Pero los médicos en EU enfatizaron que los números de Nueva York, que representan a los niños hospitalizados, son muy inferiores y que aún están en etapa temprana de su investigación, por lo que es posible que la afección se deba a otra causa.
Israel y Países Bajos logran detener la enfermedad
Estudios separados en estos países afirman haber creado anticuerpos con capacidad para bloquear la infección de coronavirus, un posible tratamiento futuro promocionado como un cambio de juego hasta que una vacuna esté disponible.
Un equipo de científicos dirigido por los holandeses dijo que habían logrado detener la infección en un laboratorio. Al mismo tiempo, el ministro de Defensa israelí anunció que un centro de investigación estatal desarrolló un anticuerpo que, según él, podría “neutralizar (el coronavirus) dentro de las personas que lo portan”.
Ambos esfuerzos, que se encuentran en sus etapas iniciales, esperan tratar o prevenir el desarrollo del Covid-19
y frenar su propagación de manera exitosa.
ntb