George Floyd tenía 46 años y era afroestadounidense. Murió después que un policía blanco de Minneapolis, Estados Unidos, lo sometió con su rodilla al cuello: “¡No puedo respirar!”, gritó antes de morir. Este suceso ha provocado la indignación de cientos de personas, muchas volvieron a salir a las calles —en medio de la pandemia por la COVID-19— este jueves para manifestarse.
La ola de protestas ha escalado desde la noche del miércoles: saqueos de comercio y actos de vandalismo, así como enfrentamientos con la policía, y la quema de autos y un complejo de viviendas en construcción, cuyas fotografías y videos han dado la vuelta al mundo.
BBC Mundo reportó que la mañana de este jueves, después de una noche violenta y destructiva en esta ciudad, el aire estaba lleno de humo mientras los edificios continuaban ardiendo.
De acuerdo con el medio, aún había graffiti fresco que cubría casi todas las paredes, letreros y superficies. Los paraderos de autobús se quedaron esqueléticos con sus paredes de vidrio completamente destrozadas.
Al menos 100 manifestantes siguieron las movilizaciones. La agencia AFP reportó que la protesta lleva por nombre 'I Can't Breathe', 'No puedo respirar', que fue la frase que Floyd decía cuando estaba tirado en el suelo el pasado 26 de mayo. Más tarde, Floyd fue declarado muerto mientras estaba bajo custodia policial después de ser transportado al Centro Médico del Condado de Hennepin.
Al menos cuatro policías han sido despedidos, y el FBI y el Departamento de Justicia investigan la Floyd, tras la solicitud del presidente de EU, Donald Trump.