El gobierno de Estados Unidos celebró este lunes un contrato de 628 millones de dólares con el fabricante de medicamentos Emergent BioSolutions (EBS) para aumentar la capacidad de fabricación de una posible vacuna contra el COVID-19.
Cuando los fabricantes de medicamentos compiten por desarrollar vacunas, pruebas y terapias contra la enfermedad viral, Estados Unidos busca asegurar la capacidad de producción de dosis bajo su programa "Operación Warp Speed", anunciado el mes pasado, para acelerar el desarrollo de una futura vacuna.
Asegurar más capacidad de fabricación aquí en Estados Unidos para los candidatos que llegan a las etapas finales de la ‘Operación Warp Speed’ ayudará a llevar una vacuna a los pacientes estadounidenses sin perder un día, dijo Alex Azar, secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés).
La orden de tareas del HHS con Emergent se enmarca en un contrato existente con la Autoridad de Investigación y Desarrollo Avanzado Biomédico (BARDA, por sus siglas en inglés), una agencia federal de los Estados Unidos que financia tecnología para combatir enfermedades.
Según el contrato, Emergent comprometerá sus instalaciones de fabricación, valoradas en 542,7 millones de dólares, para producir la vacuna COVID-19 hasta 2021.
El contrato también incluye una inversión de 85,5 millones de dólares para expandir la capacidad de fabricación de medicamentos virales y no virales de Emergent.
Hasta ahora, BARDA ha invertido más de 2 mil millones de dólares en vacunas experimentales contra el COVID-19 y ha financiado más de 30 proyectos.
Emergent ha estado trabajando con Johnson & Johnson, Novavax y Vaxart, para desarrollar y fabricar sus vacunas candidatas de COVID-19.
ntb