Bolsonaro planea imponer dictadura militar: NYT

Virus pone en jaque a la democracia en Brasil

El líder contempla un autogolpe de Estado para mantener el control del poder, dice el diario estadounidense; a la crisis de salud se abonan investigaciones en su contra

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, monta un caballo de la policía para saludar a los partidarios reunidos afuera del palacio presidencial en Brasilia, el domingo 31 de mayo de 2020.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, monta un caballo de la policía para saludar a los partidarios reunidos afuera del palacio presidencial en Brasilia, el domingo 31 de mayo de 2020. Foto: AP

El círculo más cercano al presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, plantea la posibilidad de dar un autogolpe de Estado para imponer un régimen militar, con el objetivo de mantener el poder ante la crisis agravada por la pandemia de coronavirus, según un reportaje publicado este jueves por The New York Times.

El diario estadounidense señala que mientras el gigante latinoamericano enfrenta su peor crisis en décadas, “el presidente Bolsonaro y sus aliados manejan la posibilidad de una intervención militar para proteger su control sobre el poder".

Un ejemplo de esta situación, cita el diario, son las declaraciones del diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del actual mandatario brasileño, quien aseguró que la instalación de una dictadura militar en el país es cuestión de tiempo.

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"La opinión ya no gira en torno a si ocurrirá, sino cuándo sucederá", dijo hace poco el hijo de Bolsonaro, en una entrevista.

No es la primera vez que el hijo de Bolsonaro habla de la posibilidad de dar un golpe, ya que en octubre pasado señaló que se podrían imponer medidas dictatoriales "si la izquierda se radicaliza". Una declaración que desató una oleada de protestas en el país sudamericano.

Si bien los analistas del New York Times no ven posibilidades de que el golpe concrete, sí resulta preocupante que el círculo cercano a Bolsonaro amague constantemente con imponer una dictadura.

En las últimas semanas, el malestar social y el descontento contra el gobierno de Brasil se han recrudecido como consecuencia del creciente número de fallecimientos y contagios por COVID-19.

El pasado lunes, un juez del Supremo Tribunal Federal ordenó al gobierno dar a conocer los datos sobre el creciente número de muertos, mismos que la administración de Bolsonaro se había negado a difundir, de manera arbitraria, aparentemente con el objetivo de contener las críticas y protestas por el manejo de la crisis.

Brasil es el segundo país del mundo con mayor número de contagiados por coronavirus a nivel global, con más de 772 mil casos (solo detrás de Estados Unidos) y el tercero con mayor número de fallecidos (38 mil 406 muertos), según los últimos datos del Ministerio de Salud.

Además de la crisis sanitaria, dos hijos del presidente están bajo investigación judicial por corrupción, y por contribuir a campañas de desinformación y difamación durante la elección presidencial de 2018, en la que resultó ganador Bolsonaro.

A principios de este mes, el mandatario brasileño también amenazó con utilizar la fuerza pública para reprimir protestas antifascistas, a quienes calificó como "marginales y terroristas", muy similar a la postura que ha tomado el presidente Donald Trump con las protestas antirracistas en Estados Unidos.

En los últimos meses, el gobierno de Brasil ha enfrentado una serie de renuncias del gabinete, entre las cuales destacó la salida del exministro de Justicia, Sergio Moro, quien acusó al actual mandatario de querer "desestabilizar al país", luego de que dos militares de alto rango dijeran que las investigaciones contra Bolsonaro eran un riesgo para la estabilidad del país.

Desde el inicio de su gestión, Bolsonaro ha registrado una drástica caída en la aceptación ciudadana, debido a diversas medidas sociales, incluida la gestión de su administración en los incendios de la Amazonia, los "llamados a la violencia" a simpatizantes de ultraderecha y ahora, la gestión de la crisis sanitaria.