Donald Trump tiene dudas sobre su decisión de reconocer a Juan Guaidó como líder legítimo de Venezuela y dijo que estaría abierto a reunirse con el jefe del Estado chavista, Nicolás Maduro.
“Podría quizá pensar en ello. Maduro querría reunirse y yo nunca me opongo a las reuniones. Raramente me opongo a las reuniones”, declaró el presidente de Estados Unidos en una entrevista para el medio digital Axios, el pasado viernes. La agencia ofreció un adelanto este domingo.
Podría quizá pensar en ello. Maduro querría reunirse y yo nunca me opongo a las reunionesDonald Trump
Según Axios, Trump indicó que no tiene mucha confianza en Guaidó, quien año y medio después de proclamarse presidente encargado y ser reconocido como tal por Estados Unidos y cerca de 60 países, no ha logrado avanzar en su afán por sacar del poder a Maduro.
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“Guaidó fue elegido”, dijo Trump en la entrevista, según los extractos adelantados. “Yo creo que yo no estaba necesariamente a favor, pero a alguna gente le gustaba, a otra no. A mí me parecía bien. No creo que fuera muy significativo de una u otra manera”.
Yo creo que yo no estaba necesariamente a favor, pero a alguna gente le gustaba, a otra no. A mí me parecía bien. No creo que fuera muy significativo de una u otra maneraDonald Trump
El libro de Bolton también plantea esas dudas
Las palabras de Trump sobre Guaidó resultan concordantes con lo que apuntó su exasesor de Seguridad Nacional, John Bolton, en su explosivo libro de memorias que será publicado este martes.
En el libro, cuyos fragmentos fueron adelantados por medios estadounidenses, Bolton explica que Trump, poco después de reconocer a Guaidó como presidente legítimo, expresó dudas, al grado de decir que le parecía un “crío” en contraste con el “fuerte” Maduro.
Trump, según Bolton, llegó a plantearse una rectificación, después de colocar tras él todo el apoyo de la maquinaria de la diplomacia estadounidense.
El sólo hecho de que Trump considere una reunión con el heredero de Hugo Chávez marca un giro radical en su política hacia Venezuela.
La postura firme contra Maduro constituye, para los republicanos, un argumento ganador en un Estado clave como Florida, que alberga a una población importante de venezolanos.
La administración Trump ha dedicado una enorme energía a la defensa de Juan Guaidó, de derecha. En febrero de este mismo año el líder opositor fue recibido por el presidente en la Casa Blanca y ovacionado en el Capitolio durante el discurso del estado de la Unión, el informe de gobierno del magnate.
Esta posibilidad también constituye un tiro de gracia para Guaidó, quien ya de por sí ha visto cómo sus aspiraciones de sacar del poder a Maduro se han ido esfumando.
En este año y medio Maduro ha logrado aferrarse al poder e intensificado la persecución la oposición, también ha hecho maniobras políticas para restar aún más poder a Guaidó al intentar despojarle de la presidencia de la Asamblea Nacional, el único poder no afín al chavismo.
En 2017, el gobierno venezolano se acercó con la Casa Blanca para trasladar la voluntad de Maduro de reunirse con Trump, disposición que el propio Maduro también ha expresado públicamente.
KA