La Corte Suprema de Estados Unidos otorgó una victoria a los activistas por el derecho al aborto, al eliminar una ley restrictiva de Louisiana que habría dejado al estado con una sola clínica para practicar la interrupción legal del embarazo.
El presidente del tribunal, John G. Roberts Jr., se unió a los liberales de la corte en la decisión que supone un duro golpe para los conservadores, que esperaban un cambio dramático en la jurisprudencia sobre el aborto, en el primer caso escuchado por una corte reforzada por los dos nombrados conservadores del presidente Trump.
Roberts dijo que la ley de Louisiana no tiene soporte, dada la decisión del tribunal de 2016 de revocar una ley similar de Texas en 2016.
La doctrina legal nos exige, en ausencia de circunstancias especiales, que tratemos casos similares por igual, escribió Roberts al concurrir con la decisión.
“La ley de Louisiana impone una carga sobre el acceso al aborto tan grave como la impuesta por la ley de Texas, por las mismas razones. Por lo tanto, la ley de Louisiana no puede sostenerse bajo nuestros precedentes", concluyó.
La Casa Blanca emitió una declaración criticando lo que llamó un "fallo desafortunado".
"La Corte Suprema devaluó tanto la salud de las madres como la vida de los niños no nacidos al destripar la política de Louisiana que requería que todos los procedimientos de aborto fueran realizados por personas con privilegios de admisión en un hospital cercano", dijo la declaración de la secretaria de prensa Kayleigh McEnany.
Los jueces no elegidos se han entrometido en las prerrogativas soberanas de los gobiernos estatales al imponer sus propias preferencias políticas a favor del aborto para anular las normas legítimas de seguridad del aborto, agregó.
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