La Organización Mundial de la Salud (OMS) minimiza la posibilidad de que el COVID-19 se propague a través de la transmisión aérea, afirmó este domingo un grupo de 239 científicos de 32 países, a través de una carta abierta.
El grupo de expertos pidió a la OMS mayor reconocimiento del papel de la propagación por esta vía y la necesidad de que los gobiernos implementen medidas de control.
La guía de la OMS establece que el virus se transmite principalmente entre personas a través de gotitas respiratorias y por contacto.
La transmisión de aerosoles involucra partículas mucho más pequeñas que pueden permanecer en el aire durante largos periodos de tiempo y pueden transmitirse a otros a distancias superiores a un metro.
Los miembros del comité de prevención de infecciones de la OMS han dicho que, si bien la transmisión de aerosoles puede desempeñar algún papel, hay pruebas muy amplias de que las principales rutas de transmisión son a través del contacto directo y las gotas respiratorias expulsadas durante la tos, los estornudos o el habla.
De esta manera, la OMS concluyó que la introducción de nuevas medidas para protegerse contra la transmisión de aerosoles es inviable y es poco probable que haga mucha diferencia en la propagación de la infección.
La carta de los científicos que están en desacuerdo con esta conclusión se publicará en la revista Clinical Infectious Diseases y está firmada por Lidia Morawska, de la Universidad Tecnológica de Queensland, en Brisbane, y Donald Milton, de la Universidad de Maryland, quienes recibieron el respaldo de más de 200 científicos, incluidos algunos que han participado en la elaboración de consejos para la OMS.
Dicen que la evidencia emergente, incluso de entornos como las plantas de procesamiento de carne donde ha habido brotes, sugiere que la transmisión por el aire podría ser más importante de lo que la OMS ha reconocido.
Linsey Marr, experta en transmisión de virus en el aire en Virginia Tech y co-firmante de la carta, dijo a The New York Times que la OMS se había basado en estudios de hospitales que sugerían bajos niveles de virus en el aire. Esto subestimó el riesgo, dijo, porque en la mayoría de los edificios “la tasa de intercambio de aire suele ser mucho más baja, lo que permite que el virus se acumule en el aire”.