En la misma semana en la que Reino Unido, Estados Unidos y Canadá revelaron avances de algunos de sus prototipos de vacuna contra el Covid-19, funcionarios de ciberseguridad de las tres naciones acusaron a un grupo de hackers rusos, presuntamente ligados con el Kremlin, de haber intentado robar sus avances.
“Es completamente inaceptable que los servicios de inteligencia rusos estén dirigidos a quienes trabajan para combatir la pandemia de coronavirus”, acusó ayer Dominic Raab, secretario de Relaciones Exteriores británico, ayer.
Lo anterior en referencia al informe publicado ayer por el Centro Nacional de Seguridad Cibernética del Reino Unido, en coordinación con el Establecimiento de Seguridad de las Comunicaciones canadiense y la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
En él se advierte que el grupo de piratas informáticos APT29, conocido como The Dukes o Cozy Bear, del cual las autoridades británicas dicen estar 95 por ciento seguros de que son parte de los Servicios de Inteligencia rusos, está detrás de los intentos “para recopilar información sobre la investigación de la vacuna Covid-19 o la investigación del virus”.
El reporte advierte que el grupo de hackers habría estado utilizando malware conocido como WellMess y WellMail a lo largo de todo el año; sin embargo, no se reveló si está comprometida información personal o avances científicos.
Reino Unido inició desde el 24 de junio en Brasil la aplicación de dosis del prototipo de vacuna contra el SARS-CoV-2 desarrollado por la Universidad de Oxford; por parte de Estados Unidos, el laboratorio Moderna anunció el lunes que había obtenido resultados positivos en las primeras fases de prueba y comenzará a aplicar 30 mil dosis a partir de la última semana de este mes; mientras que el canadiense Medicago arrancó esta semana los ensayos en humanos de su prototipo.
Presuntamente, Cozy Bear es uno de los dos grupos de hackeo vinculados con el gobierno ruso que se infiltraron en la red informática del Comité Nacional Demócrata y robaron correos electrónicos antes de la elección de 2016.
Ayer mismo, el canciller británico aseguró que Moscú intentó interferir en las elecciones británicas del año pasado mediante la adquisición ilegal y la filtración en Internet de documentos sensibles vinculados a negociaciones comerciales con Estados Unidos.
Pero el uso de los servicios de inteligencia con distintos fines no es exclusivo de Rusia, sino de todos los países, advirtió Adolfo Laborde, académico de la Universidad Anáhuac.
En entrevista con La Razón, el académico detalló que en la carrera por el desarrollo de la vacuna, la cual ya tiene tintes similares a la armamentista durante la Guerra Fría, pero en esta ocasión es una “carrera sanitaria”, aquellos se encuentran más rezagados buscan acceder a la información de los que van a la cabeza.
Es completamente inaceptable que los servicios de inteligencia rusos estén dirigidos a quienes trabajan para combatir la pandemia de coronavirusDominic Raab, Secretario de Relaciones Exteriores británico
El especialista consideró que en el desarrollo de la vacuna está en juego “la supremacia, el prestigio y poder”, pues el que consiga el resultado deseado se colocará un paso adelante de las otras potencias.
Desde hace meses, las autoridades estadounidenses dirigen contra China acusaciones similares a las lanzadas ayer contra Rusia. El director del FBI, Chris Wray, dijo la semana pasada que “en este preciso instante China trata de atacar organizaciones de atención sanitarias, compañías farmacéuticas e instituciones académicas estadounidenses que realizan investigaciones esenciales sobre el Covid-19”.
No disponemos de información acerca de quién podría haber hackeado a las compañías farmacéuticas y centros de investigación en Reino Unido (...) Rusia no tiene nada que verDmitri Peskov, Portavoz presidencial ruso
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Inmediatamente después de las acusaciones de Londres, el Kremlin rechazó estar involucrado. María Zajárova, vocera del Ministerio ruso de Exteriores, dijo que las declaraciones de Raab son “tan nebulosas y contradictorias que son prácticamente incomprensibles”, de acuerdo con la agencia de noticias rusa, RT.
Por su parte, el portavoz presidencial, Dmitri Peskov, señaló: “No disponemos de información acerca de quién podría haber hackeado a las compañías farmacéuticas y centros de investigación en Reino Unido. Podemos decir solo una cosa: Rusia no tiene nada que ver con estos intentos”.
En una entrevista radiofónica dijo que las acusaciones son “un intento de manchar la vacuna rusa por parte de quienes temen su éxito, ya que potencialmente puede ser la primera en el mercado y potencialmente la más exitosa”. Añadió que Moscú “no tiene que robar algo de Oxford”, ya que AstraZeneca (con quien la universidad desarrolla la vacuna) compartió sus resultados con colegas rusos para producir en ese país.
ntb