Las piscinas y gimnasios de Inglaterra abrieron el sábado por primera vez desde que Gran Bretaña declaró un confinamiento para frenar la pandemia del coronavirus, y las autoridades de salud pública elogiaron los beneficios del ejercicio en la lucha contra el COVID-19.
Como parte de la iniciativa, el gobierno anunció un nuevo plan para atajar la obesidad con la esperanza de que una nación más en forma pueda minimizar el impacto de futuras oleadas del virus.
Pero Jane Nickerson, directora ejecutiva de Swim England, apuntó que las piscinas soportaban problemas económicos antes incluso de la pandemia y que sin el apoyo de las autoridades muchas no abrirán este año, y puede que nunca más.
Financiar estas instalaciones son un ahorro de dinero por el impacto que tienen en la cohesión social, en la prevención de la delincuencia, en los logros educativos y sus beneficios para la salud, agregó en declaraciones a la BBC. Aprender a nadar es además una habilidad vital.
“Uno de nuestros mayores temores es que haya una generación perdida de niños que este año que no aprendan a nadar", manifestó.