El primer ministro libanés, Hasan Diab, reveló en una reunión con el presidente de la República, Michel Aoun, que un cargamento de nitrato de amonio de 2 mil 750 toneladas sin custodiar fue la causa de la explosión.
Diab se comprometió a encontrar al responsable y “aplicarle el castigo máximo porque no es aceptable que un cargo de nitrato de amonio que pesa 2,750 toneladas esté desde hace seis años en un almacén sin tomarse las medidas preventivas, exponiendo la seguridad de los ciudadanos”.
Una enorme explosión en bodegas portuarias cerca del centro de Beirut dejó al menos 78 personas muertas y más de 4 mil heridos al ocasionar una onda expansiva que rompió ventanas, derribó murallas y sacudió el suelo en toda la capital libanesa.
Las autoridades dijeron que esperan que el número de muertos aumente a medida que los trabajadores de emergencia busquen entre los escombros a sobrevivientes y retirar los cuerpos.
La explosión fue la más poderosa que se ha registrado en Beirut, que enfrenta una crisis económica y un aumento de los casos de coronavirus.
El ministro del Interior libanés sostuvo que la información inicial indicaba que material explosivo incautado hace años, que estaba almacenado en el puerto, había detonado. Israel, que ha luchado varias guerras contra El Líbano, negó cualquier participación y ofreció ayuda.
"Lo que estamos presenciando es una gran catástrofe", dijo el jefe de la Cruz Roja del Líbano, George Kettani, a la emisora Mayadeen. "Hay víctimas en todas partes, en las calles y áreas cercanas y lejos de la explosión".
Horas después de la explosión, que se produjo poco después de las 18.00 hora local (1500 GMT), las llamas todavía ardían en el distrito portuario, proyectando un resplandor anaranjado en el cielo nocturno mientras los helicópteros pasaban y las sirenas de las ambulancias retumbaban en la capital.
Una fuente de seguridad dijo que las víctimas estaban siendo trasladadas fuera de la ciudad porque los hospitales de Beirut estaban llenos de heridos. Las ambulancias de la Cruz Roja del resto del país fueron llamadas para movilizarse a Beirut para hacer frente al enorme número de víctimas.
La explosión fue tan grande que algunos residentes de la ciudad, que aún recuerdan los bombardeos de la guerra civil de 1975 a 1990, creyeran que se había producido un terremoto. Aturdidos y llorando, algunos heridos buscaban por las calles a sus familiares.
"Les prometo que esta catástrofe no pasará sin que haya responsables", dijo el primer ministro Hassan Diab al país. "Los responsables pagarán el precio", agregó en un discurso transmitido por televisión, agregando que los detalles sobre la "peligrosa bodega" se harían públicos.
El ministro del Interior dijo a Al Jadeed TV que en el lugar había se almacenado nitrato de amonio desde 2014.
kl