Steve Bannon, una pieza clave de la victoria electoral del presidente Donald Trump en 2016 y quien fuera uno de sus principales asesores en la Casa Blanca hasta agosto de 2017, fue detenido ayer, acusado de cometer fraude durante una campaña de recaudación para construir un muro con recursos privados entre Estados Unidos y México.
La Fiscalía de Manhattan explicó que Bannon y otro organizador, el veterano de la Fuerza Aérea Brian Kolfage, se quedaban con una “porción sustancial” de los cerca de 25 millones de dólares recaudados en la campaña “We Build The Wall”, constituida como una organización sin fines de lucro.
Con la complicidad de otros dos hombres, identificados como Andrew Badolato y Timothy Shea, habrían desviado fondos a través de empresas fantasma. Todos fueron detenidos.
Bannon, quien habría recibido al menos un millón de dólares de la organización, fue detenido frente a la costa de Westbrook, Connecticut, mientras estaba a bordo del yate de un amigo, el multimillonario chino Guo Wengui, buscado en Beijing por fraude, chantaje y soborno.
En su audiencia, mediante video, Bannon apareció con las manos esposadas y una mascarilla blanca. El juez magistrado autorizó que el exasesor, quien se declaró no culpable, fuera puesto en libertad mediante una fianza de cinco millones de dólares.
Como principal asesor de Trump en campaña y la Casa Blanca, Bannon colaboró en articular la retórica populista y antiinmigrante de Trump. Fue despedido de la Casa Blanca, aparentemente debido a que estuvo detrás de la reacción de Trump a una marcha de neonazis y supremacistas blancos en Charlottesville, de la cual dijo que había gente buena participando.
Aunque distintos medios aseguran que Bannon seguía en contacto con Trump tras dejar el cargo, finalmente se habrían distanciado luego de que hiciera comentarios críticos contra el hijo mayor de Trump, Donald Trump Jr., y el asesor y yerno del magnate, Jared Kushner, por sus reuniones con representantes rusos.
Ayer, al ser cuestionado sobre la detención, Trump dijo que se sentía “muy mal”, pero que no había tenido contacto con su otrora asesor desde hace mucho tiempo; además, señaló que nunca le gustó el proyecto privado para construir el muro, pues siempre le pareció “inapropiado” recaudar fondos privados, lo cual le pareció que se hacía por “fanfarronería”.
En el mismo sentido, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, dijo que Trump “no estaba involucrado en este proyecto”, pues siempre creyó que “el Muro debe ser un proyecto del gobierno y que es demasiado grande y complejo para ser manejado en forma privada”.
Sin embargo, la idea del muro privado ha sido defendida por Donald Trump Jr., además de que el exsecretario de Estado de Kansas, Kris Kobach, uno de sus impulsores, aseguró que la idea tenía la anuencia del presidente.
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