Crónica de la epidemia

Cuba y la 'curva aplanada': ¿manejo efectivo, maquillaje o éxito de un Estado represor?

Con pocos recursos económicos la isla registró el 19 de julio cero contagios por coronavirus; la cifra levantó sospechas sobre las razones del sorprendente hito

Filas en supermercados en Cuba
Filas en supermercados en Cuba Foto: Reuters

La pandemia de COVID-19 ha mantenido a la región de América Latina como epicentro desde mayo; sin embargo, Cuba, una isla con pocos recursos económicos, consiguió un hito sorprendente el pasado 19 de julio: en 24 horas no se había registrado un sólo contagio local.

Este hecho, sin embargo, levantó las suspicacias en el llamado “mundo libre” por el posible maquillaje de datos, similar al que podría estar ocurriendo en Venezuela o Corea del Norte, otros países con manejos que numéricamente parecen exitosos, pero que, en el caso de Venezuela, no corresponden con algunas de las imágenes de hospitales divulgados durante el punto más álgido, y en el caso de Corea del Norte, resulta prácticamente imposible de creer por su vecindad con el país donde se originó la pandemia.

Otra posibilidad es la que se ha señalado referente al éxito inherente de los países con regímenes de pocas libertades, en los que la aplicación de restricciones a la movilidad, toques de queda y sanciones para los incumplidos pudo jugar a su favor, por encima de las democracias.

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Sin embargo, desde el interior de la isla, aunque los críticos advierten que nunca se puede confiar en un dato oficial, todo parece indicar que una estrategia de rastreo intensivo, pensada por el gobierno sabiendo que los hospitales podían colapsar pronto, fue lo que permitió alcanzar el éxito.

“No había día que no tocaran a mi puerta"

Habían pasado 130 días desde que en La Habana se detectaron los primeros casos positivos (naturalmente importados), cuando la isla contabilizó únicamente el contagio de una nacional de 76 años, asintomática, quien regresaba de viaje y fue llevada inmediatamente a un centro de aislamiento. Por si esto no fuera motivo suficiente para celebrar, se hilaron siete días sin decesos.

“No tenemos confirmados, no tenemos casos graves, no tenemos casos críticos y no tenemos fallecidos. Muchas personas han dicho ¿llegará ese día? Creo que llegó, pero sabemos que podemos seguir teniendo más casos... todavía hay personas que pueden transmitir”, dijo entonces Francisco Durán, director de Epidemiología, durante una conferencia televisada.

Apenas siete días antes, Florida -que durante décadas fue refugio para los cubanos que escapaban de la isla-, con una población de aproximadamente el doble que la de Cuba llegó a 15 mil 299 contagios, el número más alto que se ha registrado en un sólo día para cualquier estado de cualquier país del mundo, e incluso por encima de los peores registros diarios de algunas naciones fuertemente golpeadas como España, Italia o México, y más de 500 por encima de los dos mil 532 reportados en la isla desde el inicio de la pandemia hasta la semana que concluyó el 26 de julio.

Y es que aunque las más de 3.5 millones de pruebas que se habían analizado hasta entonces en Florida causaban impacto frente a menos de mil de la isla, el porcentaje de positividad apenas superior al uno por ciento hacía evidente que era el número adecuado, lo cual no se podría afirmar del estado del sol, donde más de 13 por ciento de los tests arrojaban resultado positivo.

“En los tres primeros meses no pasaba un día en que no tocaran la puerta de mi casa”, cuenta Abraham Jiménez Enoa, periodista cubano radicado en La Habana, quien pese a ser un férreo crítico del régimen admite que “es evidente que la estrategia y la manera con que han enfrentado la pandemia ha sido efectiva”.

Toma de temperatura a cubanos en La Habana
Toma de temperatura a cubanos en La Habana

Fue el 11 de marzo cuando tres turistas italianos, país que menos de dos semanas después alcanzaría su pico máximo de enfermos, se convirtieron en los primeros casos positivos detectados en la isla. Los viajeros de Lombardía fueron inmediatamente puestos en aislamiento.

Para entonces, el virus había llegado a más de 100 países en todo el mundo; algunas excepciones en América eran Venezuela, Guatemala, Uruguay otras islas caribeñas.

A partir de entonces, el gobierno cubano, sabedor de que necesitaba una estrategia para compensar las carencias del sistema de salud, inició una estrategia activa mediante la cual en el mes siguiente más de 10 mil personas sospechosas por haber estado en contacto con los cerca de mil enfermos que se detectaron en los primeros 30 días fueron aislados en centros comunitarios, hospitales y domicilios.

“Si detectaban a alguien que estaba infectado no sólo a esa persona la aislaban y la ponían en tratamiento, sino que se rastreaba a todos sus contactos, a todas las personas con que en las últimas semanas había tenido contacto, y esas personas también eran vigiladas e ingresadas a un hospital; era una cosa casi demencial”, cuenta Jiménez Enoa, en entrevista con La Razón.

Además de los centros de salud, Cuba adecuó para poder recibir a los sospechosos sedes alternas en hospitales de campañas instalados en unidades educativas.

“El sistema de salud cubano (...) no cabe duda de que está en crisis, porque los hospitales se están cayendo a pedazos, porque la mayoría de los doctores tienen un salario paupérrimo”, advierte el entrevistado, quien destaca que la estrategia de cerrar a tiempo las fronteras, transporte público y el rastreo barrial evitó una crisis.

Mientras tanto, el país pudo seguir enviando brigadas de médicos a distintos países, el que se cree que es el segundo rubro en la entrada de divisas para el país, únicamente por detrás del turismo y tal vez a la par que la venta de azúcar.

Tan sólo en los primeros 45 días, en Cuba se realizaron poco menos de un millar de pruebas de COVID-19 en promedio cada día, las cuales se han ido incrementando conforme avanza la epidemia, para cerrar el mes de julio con cerca de tres mil 500 y un acumulado superior a las 250 mil, prácticamente 2 por ciento de la población total.

Pruebas de Cuba contra pruebas en Miami
Pruebas de Cuba contra pruebas en Miami

NÚMEROS DUDOSOS O AUTORITARISMO

Sonia Cot Estrada, egresada de la Facultad de Ciencias de la Información de La Habana, pero ahora radicada en México advirtió que los términos de “transparencia, participación ciudadana y colaboración” no están “insertados” en las entidades gubernamentales de Cuba, por lo que la información presentada por las autoridades de la isla aún no tiene el grado de confianza que podría generar las de otros países.

Aunque la especialista reconoce que hay avances en la presentación de la información, aún observa que no es total, en parte también debido a que los ciudadanos no se encuentran aún inmersos en la lógica de solicitar información confiable.

En ese mismo sentido se expresa Jiménez Enoa, quien alertó que “uno no se puede confiar de absolutamente de absolutamente nada que provenga del gobierno o el Estado cubano” y que “nadie puede aseverar si estos números son ciertos”.

Sin embargo, consideró que la evidencia del éxito de la pandemia es palpable en el día, pues aunque nunca hubo un confinamiento total como en algunas partes de Europa y se mantuvieron largas filas para acceder a alimentos y otros bienes básicos, nunca se convirtieron en focos de contagio importantes. La respuesta, por desgracia, podría estar en la falta de libertades.

“Lamentablemente los países que mejor han salido de la pandemia son los países que viven bajo el totalitarismo y bajo regímenes autoritarios, porque evidentemente son países donde es más fácil centralizar las voces de mando, donde es más fácil controlar a la población”, aseveró.

Un buen ejemplo de cómo las medidas autoritarias pudieron haber influido es el uso obligatorio de mascarillas para todo aquel que saliera a la calle; cuando alguien no lo acataba, la policía podía imponer una multa. También hay casos de personas que llegaron a juicio por hacer fiestas durante la pandemia.

EL VERDADERO IMPACTO ESTÁ EN LA ECONOMÍA

Al comenzar la detección de los primeros enfermos, Cuba decidió priorizar la salud y cerrar fronteras para detener toda la actividad turística. Esto ha llevado a una situación desesperada en la que para acceder a bienes básicos, todos ellos racionados por el Estado, es necesario hacer filas de hasta seis o siete horas.

Los más acomodados hacen compras por internet, un servicio al que pocos tienen acceso. Cuba abrió tras el colapso de la Unión Soviética la puerta a la entrada de remesas; esto amplió las brechas de desigualdad, pues expertos estiman que menos de la mitad reciben dólares, pocos, pero que aumentan considerablemente su poder adquisitivo.

“Recibo dinero de mi hermana en Miami. Su ayuda es un gran alivio en estos días pues hay que buscar mucho por comida”, dijo una maestra de la escuela primaria, Imilsis Labrada, mientras hacía fila en una oficina de Western Union en La Habana, en un testimonio recogido por Reuters.

Filas en tiendas en Cuba
Filas en tiendas en Cuba

En contraste, un joven de nombre José Ángel González advertía mientras esperaba en una fila: “No tengo internet. No gano el dinero para poder obtener cualquier tipo de comida a través de internet”.

Con unos 10 dólares mensuales se estima que una persona podría comprar comida en línea para todo un mes.

El gobierno cubano ha llamado a sus habitantes, incluso los de zonas urbanas, a crear huertos en patios y balcones para producir sus propios alimentos, en un país al que la pandemia se convirtió en una crisis sobre otra crisis, que ya arrastraba por las medidas económicas de la administración Trump.

Aunque ha intentado recuperarse con el envío de brigadas de médicos, la pérdida de los mercados de Brasil, tras la llegada al poder del ultraderechista Jair Bolsonaro, y Bolivia, tras el golpe de Estado contra Evo Morales, son fuertes golpes. En esos mercados, la isla llegó a tener hasta nueve mil doctores en los últimos dos años.

En tanto, la Cepal advierte que la caída en el PIB cubano será cercana al ocho por ciento.

“El gobierno ha implementado una serie de estrategias, pero todas las medidas básicamente lo que hacen es acrecentar aún más la diferencia de clase que el gobierno no reconoce (...) básicamente es un apartheid económico”, advierte Jiménez Enoa, respecto a las recientes medidas con las que algunas tiendas ya sólo reciben pagos en dólares, por lo que sólo unos cuantos pueden acceder a los productos.

“Un país que promulga el socialismo y la igualdad de clase, prácticamente lo que está haciendo es decir 'los que van a vivir y los que van a comer son los que tienen acceso al dólar'”, acusa.

A diferencia de otros países de la región, Cuba no accederá a los paquetes de rescate de organismos financieros como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, pues no pertenece a ellos.

También es imposible soñar con apoyos directos del gobierno para los ciudadanos, a quienes los bolsillos ya les quedaron vacíos, pues simplemente no tienen de dónde sacar recursos.

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Afectación económica
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ALERTA ANTE REPUNTE

A casi un mes de la declaración de éxito de Cuba, el temor del principal epidemiólogo del país parece haberse cumplido, pues los contagios alcanzaron nuevos máximos en los primeros días de agosto, con 93 el pasado día 10, tras relajar las medidas de confinamiento.

El gobierno decretó la primera semana del mes la fase de “transmisión autóctona local” para la capital, debido a lo que caracterizó como indisciplinas de algunos ciudadanos que han dejado de cumplir medidas como el distanciamiento físico y el uso de máscaras obligatorias. Con ello, decretó nuevamente el cierre de restaurantes, bares y piscinas, suspendiendo el transporte público y prohibiendo el acceso a las playas.

Lo más preocupante para los funcionarios en el informe del Ministerio de Salud del día fue que de 22 casos no se había podido establecer el origen, una cifra muy por encima de los dos o tres casos imposibles de rastrear habituales por día; por ello, las autoridades han advertido que el brote podría ser “incontrolable”.

Únicamente el tiempo permitirá saber si, en efecto, en el segundo impulso de la pandemia, el modelo que ya dio resultado una vez, puede volver a hacerlo.

A partir de septiembre, La Habana tendrá toque de queda entre las 19:00 y 5:00 horas del día siguiente, se eliminarán los traslados interprovinciales desde la capital y se prohibirá la presencia de niños y jóvenes en parques.

Esto fue anunciado por el gobernador de La Habana, Reinaldo García Zapata, debido a que la capital se mantiene en la fase epidémica de la enfermedad, mientras que las restantes provincias del país transitan por las fases 1 y 2 con mayor libertad de movimiento.

Infraestructura en salud

Infraestructura de salud en Cuba
Infraestructura de salud en Cuba

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