La científica francesa Emmanuelle Charpentier y la estadounidense Jennifer A. Doudna fueron reconocidas el miércoles con el Premio Nobel de Química por desarrollar un método de edición del genoma que puede explicarse como unas “tijeras moleculares” y que ofrece la promesa de curar enfermedades genéticas algún día, dijo la Real Academia de las Ciencias de Suecia.
“Hay un enorme poder en esta herramienta genética, que nos afecta a todos", señaló Claes Gustafsson, presidente del comité del Nobel de Química. “Esto no solo ha revolucionado la ciencia básica, sino que también ha dado lugar a cultivos innovadores y dará lugar a nuevos tratamientos médicos revolucionarios".
Según Gustafsson, como resultado cualquier genoma puede editarse ahora “para reparar el daño genético”.
Pero Gusfafsson advirtió que el “enorme poder de esta tecnología significa que tenemos que usarla con mucho cuidado” pero que “está igual de claro que esta es una tecnología, un método, que brindará grandes oportunidades a la humanidad”.
“Yo estaba muy emocionada, tengo que decirlo", dijo Charpentier a reporteros por teléfono desde Berlín tras enterarse del premio.
Los ganadores del prestigioso galardón reciben una medalla de oro y un premio en efectivo de 10 millones de coronas suecas (más de 1,1 millón de dólares), cortesía del legado dejado hace 124 años por el creador de los premios, el inventor sueco Alfred Nobel. El monto se aumentó recientemente para ajustarse a la inflación.
El comité del Nobel concedió el Nobel de Medicina a los estadounidenses Harvey J. Alter y Charles M. Rice, y al británico Michael Houghton por descubrir el virus de la hepatitis C, que destroza el hígado. El de Física recayó en el británico Roger Penrose, el alemán Reinhard Genzel y en la estadounidense Andrea Ghez por sus avances en la comprensión de los agujeros negros.
Los ganadores en las demás categorías — Literatura, Paz y Economía — se darán a conocer en los próximos días.
fgr